El lobo mata una veintena de ovejas en Almendra
Se han producido tres ataques en cuatro días. El último, en la madrugada de ayer, con cinco animales muertos y siete heridos
El lobo volvió a Villaseco de los Gamitos la semana pasada, con al menos 12 ovejas muertas, y ahora ha cambiado de zona pero sigue en la provincia: ahora es Almendra el municipio más afectado por ataques, el último en la madrugada de este lunes y con el balance de cinco ovejas muertas y siete heridas. Fue el tercero que se produjo en ese municipio en los últimos cuatro días y las perdidas totales están en torno a la veintena de ejemplares muertos y otros tantos heridos, algunos sin posibilidad de salvación.
Los ataques se han producido en parcelas próximas al pueblo, algunas a unos 100 metros y afectan a tres explotaciones de las siete con ovejas que quedan en el municipio. Esto ha hecho que el pueblo vuelva a recuperar el ruido y las luces por la noche, con la vuelta a las «bombonas» para intentar ahuyentar el lobo, si vuelve. Si en el caso de Villaseco de los Gamitos la patrulla medioambiental apunta a que podría tratarse de una pareja de lobos, ahora no se descartan en Almendra que sean los mismos ante tal número de ataques y bajas. SandraDelgado estaba ayer pendiente de las ovejas supervivientes de uno de los ataques, el que afectó a la explotación de su hermano. Ella en 2022 sufrió al lobo, con una veintena de ovejas muertas entonces y después los ataques disminuyeron en 2023 y ahora han vuelto. Esta ganadera mantiene que encerrar estos días a las ovejas es imposible por el trabajo que supone, incrementado porque la falta de lluvia obliga al ganadero a suministrarles agua y comida. «Estamos todos hartos, no hacen nada», denuncia. «Es nuestro pan y estás toda la noche dándole vueltas. Luego también pasa que si el ataque ha sido, por ejemplo, a las tres de la mañana, cuando llegas no te encuentras casi nada porque se las han comido los buitres. Estamos hartos de buitres, lobos y zorros», mantiene.
Esta ganadera asegura que lo desolador es ver las ovejas que quedan heridas después del ataque: «Tienen las tripas fuera o heridas en ubres y se te cae el alma al verlas. Es lo más desolador», explica. Eso, y que entran en la espera de ver si viene o no el lobo. «Cada ganadero da parte pero, ¿de qué nos sirve que venga la patrulla y te justifique para la ayuda? Lo que no queremos es que venga el lobo», apunta.