Esquilar hasta en agosto: «Llevaré ya unas 8.000 ovejas»
Lo inusual del año ha hecho que incluso esta semana hubiera rebaños para esquilar en Calvarrasa de Arriba. En días, sus compañeros vuelven a Uruguay y Carlos es de los que se queda
Cuando otros años era muy difícil ver esquilar rebaños de ovejas -de carne, no de leche- casi en el mes de agosto, este año no ha llamado la atención. Fueron las lluvias las que retrasaron el esquileo y la falta de trabajadores y la demanda de ganaderos de Extremadura, donde está el grueso de los rebaños, hizo que explotaciones ganaderas de Salamanca se quedaran para el final. Este lunes en Calvarrasa de Arriba estaba previsto que se esquilaran ovejas de dos rebaños de la localidad, como a la vez cuadrillas de uruguayos contratados también por la empresa Esquiladores de León trabajaban en tierras zamoranas. Ahora, en días, llega el turno para ellos de regresar a Uruguay, salvo tres personas, que serán las encargadas de dar una segunda vuelta a ganaderos -principalmente de ovejas de leche- que lo demandan. Carlos Perdomo es uno de los que se quedan en España en esa última cuadrilla, como otros años les tocó a otros compañeros. Eran ocho equipos y algunas se van ya de vuelta a su país el próximo 3 de agosto y las últimas, el 8. En su caso la fecha de regreso es noviembre. Otros años ya se fue a finales de junio.
Carlos, que una vez vuelva a Uruguay a final seguirá esquilando ovejas, lleva ya «peladas» calcula que unas 8.000 esta campaña en España. Llegó en mayo y estima que tarda de media 2 minutos en quitarle la lana a una oveja, sin necesidad de atarla. Hace ya 10 años que hace la campaña en España y reconoce que este año ha sido muy bueno «porque hemos tenido muchas ovejas». Ha visto, además, que los animales les llegaban en buenas condiciones, limpias, y eso ha facilitado el trabajo. «Es un trabajo muy duro pero, bueno, al final merece la pena», señala. Lo más duro es la postura, reconoce, por el dolor de espalda «pero eso es algo que sufres los primeros días y luego ya te olvidas, se te pasa. Es como venir al gimnasio», señala riéndose. Cada jornada es muy variable porque unas implican viaje desde las casas donde duermen, en otras ocasiones en un día hacen varias explotaciones y, en otros casos, son varias jornadas en la misma, en función del tamaño de los rebaños. Calcula que entre unos días lo habitual es pelar cada unos unas 170 ovejas.
Los esquiladores reconocen que no tienen problema para esquilar con el calor, pero los ganaderos prefieren otras épocas del año para librar cuanto antes al ganado de la lana y también porque si se producen heridas durante el esquileo, en esta época, con moscas, son peores para curar. Ventura Rodríguez, de Calvarrasa, aún tiene algunas ovejas sin esquilar: «Voy un mes más tarde», dice, y reconoce que ocurrió que las cuadrillas iban con retraso «y luego que yo no quería con mucho calor por las ovejas». Va a ser de los últimos.