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Washington Capó, esquilando ovejas en Valderrodrigo. CASAMAR
El testimonio de un esquilador uruguayo en Salamanca: “Es un oficio duro pero se le gana dinero. Me llevaré unos 10.000 euros más o menos”

El testimonio de un esquilador uruguayo en Salamanca: “Es un oficio duro pero se le gana dinero. Me llevaré unos 10.000 euros más o menos”

Washington Capó, uruguayo, 37 años, esquila ovejas en Salamanca desde el pasado miércoles y este año el coronavirus casi le impide poder trabajar

Jueves, 21 de mayo 2020, 10:48

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Washington Capó aterrizó el martes en Madrid procedente de Uruguay y el miércoles ya esquiló las primeras ovejas de su nueva temporada en España en Valderrodrigo. En su quinto día de trabajo en Salamanca, con 4.000 ya a las espaldas de su cuadrilla, atiende el teléfono a las 11 de la noche del domingo, justo cuando acaba de llegar a su casa temporal en Hinojosa de Duero.

–¿Cómo fue su día de trabajo?

–Fue duro. Un compañero se hizo daño en el brazo y quedamos cuatro. Luego como no ha hecho mucho calor la oveja no ha sudado y la lana está más dura y se tarda un poco más.

–¿Cuánto están tardando entonces en esquilar cada oveja?

–De un minuto a dos, eso es lo que venimos tardando.

–¿A qué hora empezaron a trabajar? ¿Esquilaron muchas a pesar del percance de su compañero?

–Hemos empezado a las 7 de la mañana, a las 11 paramos a tomar un bocadillo y luego seguimos hasta las dos de la tarde. Comimos y volvimos a las tres de la tarde y hemos estado hasta las 10 de la noche, que había que hacer también las cuentas. Hemos hecho unas 1.000 ovejas, suelen ser 200 por esquilador y como se hizo daño el compañero, hicimos más.

–Estaban trabajando en Valderrodrigo, ¿por qué duermen en Hinojosa?

–Es un sitio que nos queda cerca de los pueblos donde iremos porque ahora con la Guardia Civil no nos podemos mover mucho. Está complicado desplazarnos y por eso nos quedamos aquí. Además es un pueblo que tiene muchas ovejas.

–¿Lleva mucho tiempo viniendo a España? Este año además fue complicado el viaje, tardaron en autorizarlo por el estado de alarma por el coronavirus. ¿Había perdido la esperanza en venir?

–Si, pensamos que ya no podríamos pero al final se arregló con el Ministerio del Interior. Llevo ya 7 años viniendo y yo vivo de esquilar, no podía estar parado en mi país.

“Nosotros esquilamos todo el año, empezamos en enero en Chile, Uruguay, Argentina, España, Brasil...”

–¿Esquilan todo el año o viven con lo que ganan estos meses en España?

–No, nosotros esquilamos todo el año. Empezamos en enero en Chile, luego Uruguay, Argentina, venimos a España, luego rematamos lo que nos queda en Uruguay y luego en octubre nos vamos a Brasil.

–Así que en Uruguay casi ni están...

–Estamos muy poquito pero hay que ganar dinero.

–En esta ocasión y por el coronavirus, ¿les dio miedo a sus familiares que vinieran?

–Sí, mi madre y mi hija me decían que me quedara, que no viniera a España. Les dije que tranquilas, que ya empezó el calor y que si se moría mucha gente aquí era por el tema del frío. En mi ciudad, que está en el norte y tiene 35.000 habitantes hubo dos casos pero al final se descartaron y en cambio allí poníamos la televisión y se veía que se moría una cantidad enorme de gente en España. Luego al llegar ya les he dicho que está todo tranquilo, que no pasa nada.

–¿Qué tiene España que no tengan otros países donde también esquilan?

–Aquí trabajamos y a la vez podemos disfrutar, podemos salir. Aquí vamos de un sitio a otro, estamos con gente distinta cada día y, en cambio, en Chile por ejemplo vamos a las afueras y tenemos allí 20.000 ovejas para esquilar, como en Argentina, en un mismo sitio porque son lugares muy grandes. En Uruguay en cambio hay pocas ovejas pero nunca están cerca de la ciudad, pero aquí podemos ir luego a bares.

“Mi madre y mi hija me decían que no viniera porque moría mucha gente”

–Esta vez con el coronavirus habrán visto pocos abiertos...

–Ya estuvimos en alguno, empiezan a abrir, aquí, por ejemplo, en Hinojosa. Había poca gente porque es un pueblo pequeño pero se está bien.

–La empresa para la que trabajan, Esquiladores Montaña de León, empezó a contratarles a ustedes porque tuvo muchos problemas con trabajadores de Polonia, de Nueva Zelanda o Escocia. Decían que bebían mucho... En cambio de ustedes hablan maravillas, dicen que son muy serios.

–Siempre nos lo dicen -se ríe-. Y siempre nos recalcan que no tenemos que salir. Nosotros sabemos que tenemos que cumplir con nuestro trabajo, que tenemos un compromiso con esta empresa y que si no nos portamos bien, al año que viene no nos llaman y eso es un daño para nosotros pero también para otros compatriotas que pueden tener la oportunidad de trabajar aquí en España. Sabemos muy bien a lo que hemos venido y cumplimos.

–¿Se sienten apreciados en España? Le digo porque ha habido este año críticas a su llegada por parte de otros esquiladores.

–Nosotros siempre hemos sido muy bien recibidos aquí en España, es muy lindo para nosotros ver cómo nos reciben cada año. Nosotros no hemos visto que hablen mal de nuestro trabajo y además como llevamos muchos años viniendo ya nos conocemos y tengo buenos compañeros por ejemplo en Extremadura, nos escribimos siempre incluso con gente que son competidoras nuestras. Nos llevamos muy bien.

“Todos los que vinimos en el avión nos volveremos el 20 de julio, este año no nos dejan estar más tiempo”

–¿Y cómo llevan lo de estar tanto tiempo sin ver a la familia? ¿Es fácil mantener la comunicación con ellos?

–Sí, nada más que llegamos compramos un teléfono móvil acá y lo hemos compatibilizado con internet, asi que podemos hablar mucho con la familia de Uruguay.

–¿Es buena la conexión de internet que tienen ahora desde Hinojosa?

–Si, sí, va muy bien, no tenemos ningún problema ahora para poder conectar con la familia de Uruguay.

–¿Cuándo tienen previsto regresar a su país?

–Otros años nos quedamos más tiempo pero este no nos han permitido estar aquí más y nos volveremos el 20 de julio para Uruguay todos los que vinimos en el avión de la semana pasada. Otros llegaron antes y y ellos sí que se pueden quedar más, es distinto.

–La empresa que les contrata cobra en torno a 1,40-1,60 euros por oveja y dice que ustedes, como evitan tiempo en viajes, no paran de trabajar. ¿Es mucha indiscreción preguntarle cuánto cree que ganará en este tiempo aquí en España?

–(Se ríe). Bueno... Es un oficio duro pero se le gana dinero, yo calculo que me llevaré unos 10.000 euros.

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