El sector del porcino está hoy a la cabeza en bienestar animal
Los avances realizados con la implantación de medidas higiénicas, alimentarias y de confortabilidad lo han convertido en referente dentro de la ganadería
El sector del porcino se ha convertido en la punta de lanza de lo que hoy se conoce como “ganadería moderna”, donde priman la innovación y profesionalidad pero también el respeto por los animales y sus necesidades.
De hecho, la implantación de estrictos protocolos sanitarios, junto a una exigente normativa que trata de garantizar las mejores condiciones para los cerdos, lo sitúan a la cabeza en bienestar animal.
“El sector del porcino es el que más ha avanzado en este sentido en los últimos años y hoy está a la cabeza”, confirma Jorge González, veterinario especializado, quien destaca las condiciones de bienestar logradas en las instalaciones ganaderas. “Lo que se busca es el mayor confort de los animales con el objetivo de que eso repercuta en una mayor producción para el ganadero”.
El avance que se ha alcanzado en las explotaciones es, como explica González, fruto del trabajo realizado por el ganadero con la implantación de medidas higiénicas, alimentarias y de confortabilidad. “Se ha avanzado muchísimo en dimensionar el espacio de los animales con más amplitud en las zonas para dormir, por ejemplo, aunque la tendencia hoy en día es que las cerdas estén sueltas y solo permanezcan en las jaulas de inseminación durante los 30 primeros días de gestación”.
Los veterinarios insisten también en el avance realizado en el sector del porcino ibérico, donde la normativa es incluso más restrictiva con la última Norma de Calidad. De hecho, si un cerdo blanco debe disponer obligatoriamente de 1 metro cuadrado de espacio, en el caso del ibérico es el doble.
El reto de lograr un mayor bienestar de los cerdos también ha supuesto importantes mejoras sanitarias, como ha ocurrido con la castración de los animales (ahora se realiza en los siete primeros días de vida del animal) o, incluso, dejándoles de cortar el rabo, que hoy sólo se hace en casos puntuales “o para evitar un mal mayor”. A pesar de contar con una de las normativas más garantistas para el ganado de todo el mundo, los productores de porcino están sido los primeros en adaptar sus instalaciones a este nueva realidad conscientes de que los cerdos felices son cerdos más productivos.
González advierte que cuando se habla de porcino extensivo no siempre es sinónimo de bienestar para los animales. “A veces se tiene ese concepto erróneo porque algunas fincas son lodazales y los cerdos apenas tienen una zona seca”, asegura el veterinario.
“Juguetes” para estar felices
En el caso de los cerdos que se crían en intensivo, el veterinario asegura que es importante que dispongan de madera o paja, o incluso juguetes, en el caso de que no puedan hozar. Es otro de los requisitos que se exige en materia de confortabilidad en las granjas.
