Las denominaciones de vino buscan nuevos mercados por los aranceles de Trump

La negociación de aranceles del 15% entre Estados Unidos y Europa puede afectar a sectores como el del vino en la provincia de Salamanca, que está viendo cómo el país americano pierde cierto vigor como mercado de referencia. Una situación que, según los representantes del sector vitivinícola en la provincia, no puede atribuirse exclusivamente al establecimiento de dichos aranceles.

Estos aranceles afectan también, en cierta medida, a los vinos serranos, aunque con ciertos matices. Hasta ahora, todo era incertidumbre, y saber ya que se aplicará un 15% tranquiliza un poco, aunque esta no desaparezca del todo, sobre todo por temor a nuevos bandazos del gobierno de Trump. «No deja de ser un 15% de aumento, aunque es más manejable. Además, se están negociando aranceles cero, y el vino podría estar entre ellos», explica Udina.

El presidente señala que han bajado las ventas en Estados Unidos porque se destinan a otros mercados, como los de vinos de bajo precio y vinos de producción propia. Aun así, continúa: «Es pronto para saber si es por los aranceles». Lo que sí tiene claro es que el país ya no es tan fuerte económicamente, y en el descenso de las ventas de vino influyen diversos factores. «Habrá que ver más adelante; puede ser temporal. Estamos calificando algo menos, pero claramente hay que buscar alternativas y otros mercados», concluye Miquel Udina, quien considera que Estados Unidos va a ser un mercado en declive y no solo por los aranceles.

Desde la D.O. Arribes, las exportaciones a Estados Unidos suponen solamente un 3% de la producción total, por lo que los aranceles impuestos por el gobierno de Trump no tendrían una excesiva repercusión en las ventas exteriores de estos vinos. El director técnico, Carlos Capilla, recalcaba hace unas semanas que «no le hemos dado muchas vueltas, teniendo en cuenta que el grueso de nuestras exportaciones se dirige al continente europeo».

En otro orden de cosas, en la Sierra la vendimia viene con unos diez días de retraso respecto al año pasado, que fue muy temprana. De seguir así, la vendimia podría comenzar a principios de septiembre, aunque dependerá mucho de lo que suceda a lo largo de este mes de agosto. Así lo explica el presidente de la DOP Sierra de Salamanca, Miquel Udina, quien espera también una cantidad normal de uva o, quizás, un poco menor.

En Arribes consideran que la vendimia mantendrá la tónica de los últimos años, ya que la primavera ha sido «muy agradable y muy beneficiosa», lo que ha permitido a las vides estar sanas y mostrar un buen color, tanto en las hojas como en los racimos. Según detalla Carlos Capilla, las previsiones se sitúan «entre los 900.000 kilos y el millón», y destaca que «estamos muy contentos con la calidad de las dos últimas añadas de la Denominación de Origen Arribes, que han sido excelentes».

En este sentido, el director técnico de la D.O. ha querido resaltar el trabajo que realizan los asociados: «Nuestros viticultores y nuestras bodegas hacen un trabajo excelso y tenemos que estar orgullosos de ello. Los viñedos nos dan algo que sabemos cuidar muy bien, sabemos transformar y disfrutar como un producto único», matiza Capilla.

Recientemente, el director del Itacyl visitaba el viñedo experimental de Villarino de los Aires, destinado a recuperar uvas autóctonas minoritarias, una labor que desde la denominación consideran «fundamental e importantísima» y de la que se benefician al poder incluir nuevas variedades, como la tijonera.