¿Renunciar a la carne, huevos y lácteos?
La Agencia Europea del Medio Ambiente ha puesto al sector agrario en el punto de mira
Primera pregunta: ¿está dispuesto usted, querido lector, a reducir su consumo de carnes, huevos, leche y otros productos derivados de la ganadería? Segunda cuestión: ¿está dispuesto el consumidor europeo, incluido el español, a pagar más dinero por las carnes, los huevos, la leche y sus derivados? Todo lo anterior viene a raíz del informe que publicó la semana pasada la Agencia Europea del Medio Ambiente, en el que dice que la actividad agraria es uno de los principales motores del deterioro ecológico en la UE. Este organismo afirma que muchos indicadores están en rojo y muestran una tendencia negativa; es el caso de biodiversidad, los recursos de los suelos o la utilización de las tierras. Pone al sector agrario en el punto de mira y, dentro del mismo, señala especialmente a la ganadería, ya que conlleva un uso significativo del suelo, muchas emisiones de gases de efecto invernadero y pérdida de la biodiversidad. Al mismo tiempo reconoce las ventajas de los sistemas ganaderos extensivos basados en pastos y en las explotaciones mixtas. En este contexto cabe recordar que la Comisión Europea va a plantear un plan de apoyo a la ganadería extensiva en el marco de la futura PAC.
Sin embargo, nos guste o no nos guste, la oferta generada por la ganadería extensiva no puede garantizar por si sola la demanda actual de carnes, huevos, leche y productos lácteos en todo el mundo, incluida la UE y España, por supuesto. Para lograr el abastecimiento y, además, a precios asequibles o razonables para los consumidores, es necesario contar con la ganadería intensiva, aunque tenga algunos efectos nocivos para el medio ambiente. De ahí el dilema resumido en las dos preguntas que planteaba al principio. Esa es, ni más ni menos, la gran cuestión. Y hace falta explicárselo a los consumidores de forma clara y rotunda. Es verdad que nadie quiere tener cerca de su casa y en su pueblo una explotación de ganado intensivo por múltiples razones. Pero también es cierto que, mucho me temo que la mayoría de los consumidores no desea renunciar a una oferta suficiente y a precios asequibles de ese conjunto de productos ganaderos.
Y todo lo anterior se deberá tener en cuenta a la hora de planificar la política medioambiental de la UE y la PAC del futuro, así como la dotación presupuestaria de esta última. Por cierto, que ayer llegó una noticia de Bruselas en la que se alerta de que los eurodiputados populares y socialistas (primer y segundo grupo del Parlamento Europeo) podrían bloquear algunos capítulos del próximo Marco Financiero 2028-34 si no se mejoran las condiciones propuestas por la Comisión Europea para la PAC. Hay que recordar que los eurodiputados tienen poder de codecisión en esta materia. Nos encontramos ante un proceso que está comenzando actualmente y que se prevé largo y complejo.