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Mercosur: un acuerdo muy polémico

El pacto ha sido rechazado de plano por el sector agrario comunitario

Martes, 10 de diciembre 2024, 07:10

Von der Leyen anunció el pasado fin de semana un acuerdo con los cuatro países de Mercosur (Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay) para liberalizar el comercio de productos y de servicios entre la Unión Europea (UE) y este bloque comercial, creando un mercado potencial de más de 700 millones de consumidores. El pacto ha sido rechazado de plano por el sector agrario comunitario a través del COPA, en el que se agrupan las principales organizaciones agrarias de la UE, incluidas las españolas. Por el contrario, ha sido calificado como un gran éxito desde el Gobierno, en concreto por el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, lo que podría tener alguna justificación, y por el ministro de Agricultura, Luis Planas, lo que no tiene «un pase» Este último calificó el acuerdo de «una gran oportunidad económica para el sector agrario. España gana con él». También dijo que «hemos tardado 26 años, pero, por fin, lo hemos conseguido. ¡Un gran acuerdo!». En cualquier caso, lo primero que hay que decir es que nos encontramos ante el primer paso, porque ahora es cuando arranca el proceso de ratificación en la UE y las cosas no están nada claras. Hay un precedente: en 2019 se alcanzó un pacto similar, que no ha podido ser ratificado todavía. ¿Pasará lo mismo ahora? Lo primero será ver lo que sucede en el Consejo de Ministros de la UE, con Francia encabezando la rebelión; en este bando están «a priori», Polonia, los Países Bajos, Irlanda y Austria; Italia podría sumarse a este bloque. El bando de los partidarios está encabezado por Alemania y España, aunque por distintos motivos. Luego vendría la batalla en el Parlamento Europeo: será el primer gran asunto polémico al que se deberán enfrentar los eurodiputados en esta legislatura. En resumidas cuentas, que el resultado del proceso no está claro. Y, desde el punto de vista del campo de Salamanca, ¿es bueno o malo? Pues tiene bastantes más sombras que luces. Entre las primeras destaca una de carácter general, que es la siguiente: el sector agrario vuelve a pagar la factura de un acuerdo comercial con un país tercero (en este caso un bloque de cuatro, dos de ellos potencias agrarias) y queda en una situación de desventaja frente a las mercancías que llegarán desde Mercosur, donde pueden producir con menos trabas de las que se exigen aquí, en la UE. Si el análisis va por sectores destaca lo siguiente: se importará más carne de vacuno y con más facilidades, lo que supone un perjuicio para los ganaderos salmantinos; entrará más cereal, lo que perjudicará a los agricultores, aunque de rebote podría beneficiar a los ganaderos; los cultivadores de remolacha también se verán afectados y no para bien. Puede que las exportaciones de porcino ibérico se vean favorecidas, pero todo dependerá de las barreras sanitarias que se establezcan. Y es que falta por conocer toda la letra pequeña del acuerdo. A la espera, lo que procede es plantear una pregunta: ¿por qué tiene que pagar siempre el campo la factura de los acuerdos comerciales de la UE con países terceros?.

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