De los «chalecos amarillos» a los «verdes»
Hace 20 años cuando los agricultores se manifestaban en París caía el Gobierno
Hace dos décadas, y mucho más antes, cuando había una manifestación de agricultores y ganaderos franceses en París, caía el Gobierno. No es una exageración. Era la realidad entonces. Y eso sucedió con presidentes de la República, tanto de centro, como Jacques Chirac, como socialistas, ejemplo de Mitterrand. Las oleadas de protesta eran además noticias de primera página en los medios de comunicación del vecino país. Es verdad que durante los diez últimos años los profesionales del campo galos han perdido parte de su poder e influencia, pero, aún así, todavía sigue siendo mucha. Sirva lo anterior para explicar lo que está sucediendo estos días, desde el pasado jueves en concreto, en algunas carreteras y autopistas galas, con tractoradas y bloqueo de las mismas. Ante el temor de que la colera se extienda y de que estalle un movimiento que ya se ha bautizado como de «los Chalecos Verdes», el flamante primer ministro del presidente Macron, Gabriel Attal, convocó ayer por la tarde de manera urgente a los dos lideres del principal sindicato agrario francés, la FNSEA (que incluye también al Centro Nacional de Jóvenes Agricultores,CNJA) para debatir la situación y negociar medidas de apoyo. El problema no es menor, ya que en alguna autopista como la que une Toulouse con Biarritz y Bayona, el bloqueo va para cinco días y en los Pirineos Orientales ayer se concentraron los tractores en la autopista que comunica con España. El enfado y la colera de los agricultores y ganaderos galos ha cogido en cierta manera por sorpresa a los dirigentes de la principal organización agraria, que no han tenido más remedio que subirse al carro en marcha.
Como los profesionales del campo de los Países Bajos, primero, y de Polonia, Hungría o Rumania, después, y más recientemente de Alemania, los galos tienen problemas nacionales específicos, que son competencia de sus respectivas Gobiernos, pero también es verdad que otras cuestiones corresponden a Bruselas. Entre estas últimas figuran las siguientes: las consecuencias del apoyo a Ucrania, la aplicación del Pacto Verde europeo y de las normas que se derivan del mismo, que ha sido hasta hace unas pocas semanas la espina dorsal de la actuación de la Comisión Europea durante los últimos cuatro años y medio, la hiperregulación del sector, la prohibición de productos fitosanitarios, las exigencias de carácter medioambiental, la excesiva carga burocrática, la falta de rentabilidad, los acuerdos comerciales con terceros países, el recorte del dinero de la PAC…Estos problemas son comunes a todos los Estados miembros, incluido España. Y ahora viene la gran pregunta: ¿se extenderá a España esta situación de protestas generalizadas en las principales potencias agrarias de la UE? De momento, en nuestro país las quejas de agricultores y ganaderos se limitan a las conversaciones en las barras de los bares y en los grupos de «guasap» y poco más. No obstante, para este viernes la organización provincial de ASAJA en Valencia ha convocado la primera movilización en la comarca de Utiel-Requena. Desde la Unión de Uniones tienen prevista una tractorada para el 21 de febrero ante la sede del Ministerio de Agricultura. ¿Habrá también en España una revuelta de los «chalecos verdes»?