El valor de Santi Molina impacta en La Glorieta

Santi Molina, toledano de Alameda de la Sagra, se proclamó triunfador del concurso de recorte libre celebrado en La Glorieta en el primer espectáculo de la Feria taurina, que congregó a más cuatro mil espectadores en los tendidos en una tarde de emociones fuertes.

Vibración e intensidad desde el minuto cero que fue subiendo los decibelios, el voltaje y las pulsaciones del corazón del respetable, por el riesgo y emoción que se desprendía, que casi se tocaba, porque trepaba a los tendidos. Y así fue hasta el final, con un alto nivel de los dieseis participantes, que se las vieron ante dos reses pastueñas y con buen tranco de Adelaida Rodríguez (el primero como sobrero de un imponente toro de El Risco, de juego complicado, que se partió un pitón al derrotar contra un burladero), uno bonancible, franco y enclasado de Gómez de Morales; y otro noblón pero sin entrega de La Campana.

Entre todos ellos, y con este material, se eligió a los cuatro finalistas, que se las vieron con un imponente utrero de Aldeanueva: Luis Gómez (tercer clasificado), de Guarrate (Zamora), que se ajustó con precisión milimétrica en los recortes; y tres salmantinos, Álvaro Sánchez «Chispa» (quinto clasificado), Lumbrales, que arriesgó con intensidad; Víctor Revesado (cuarto puesto), de Yecla de Yeltes —que defendía el trono como campeón de Salamanca 2023— y que con menos suerte se apretó en un comprometido y arriesgado salto muy en corto de dentro a fuera en su segundo acto; e Iván González (segundo clasificado), de Babilafuente, que estuvo imperial, espectacular, poderoso y magistral en imponentes saltos de todas las marcas y quiebros inverosímiles, por impávidos, ajustados y estremecedores. A todos se impuso Santi Molina (triunfador), de Alameda de la Sagra, que encogió el corazón del público de La Glorieta en quiebros de pie de categoría monumental y, sobre todo, de rodillas, en los mismos medios, de un valor espartano, un alma de hielo y de un soberano ajuste, ofreciendo siempre el pecho hasta el último suspiro, ciñéndose con torería y arriesgando a lo grande, que hicieron encoger el alma de los espectadores.

Iván González y el propio Santi Molina compitieron por encima de todos y, finalmente, la balanza se inclinó del lado del recortador de La Sagra. Y para ello ayudó Iván González que, con torería y generosidad, en un gesto de orgullo torero, cuando se quedaron los dos solos para escuchar el veredicto final con el nombre del triunfador del concurso, se echó a un lado, cediéndole el paso a su compañero para otorgarle todos los honores reconociendo así a quien había hecho un concurso brutal, de principio a fin.

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