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A pesar de salir de la plaza sin trofeos en el esportón, la novillera salmantina se mostraba muy feliz antes de abandonar el coso: «Nunca olvidaré esta tarde, la he disfrutado muchísimo. La esperaba con muchas ganas y, para ser sincera, tengo que decir que la ha disfrutado desde el primer hasta el último momento». La presentación de Raquel Martín con los del castoreño en La Glorieta no tuvo quizás el triunfo numérico que ella esperaba, aunque valoraba muy positivamente su paso por una Feria de tanta importancia: «Tenía entre ceja y ceja la puerta grande y por eso la vuelta al ruedo me sabe a poco. Pero creo que se han visto cosas buenas y me voy con muchas ganas de Salamanca, de volver y de demostrar mi evolución».
La joven espada de Santa Marta dejaba claro que a pesar del viento había tenido opciones de triunfo ante sus oponentes: «Quizás me han tocado los dos novillos que más se han cerrado en tablas, pero han tenido cosas buenas. El cuarto, que era mansito, tenía como virtud una gran nobleza». El gran handicap de Raquel Martín es el uso de los aceros y así lo reconocía ayer en el callejón: «Ya sé que tengo que mejorar con la espada, no se pueden matar así los novillos», decía.
Raquel Martín se llevaba a casa «el gran cariño de Salamanca». Manifestaba que era algo que le quitaba el sueño a lo largo de las últimas jornadas: «No quería defraudar a nadie, y menos a mi gente. Ha sido muy bonito ver cómo han estado siempre apoyándome y dándome todo el cariño. Por eso es por lo que digo que me voy muy feliz de mi paso por La Glorieta, y aunque me da rabia espero volver con más fuerza muy pronto», explicaba.
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