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Toros de dos encastes distintos están anunciados en La Glorieta en los seis festejos de la Feria. La principal novedad llega con el encaste de Murube que vuelve a Salamanca, no para el festejo de rejones como es habitual desde hace décadas sino para la lidia a pie. Capea al frente. Lo hace para la despedida de Ponce y para la presentación estelar de Marco Pérez. Sus dos novillos fueron los que inauguraron el desenjaule y sorprendieron a todos, por su cuajo, por su seriedad dentro de una lujosa armonía y por la categoría que le van a dar al envite. Presumido, el 15 es de los que a uno se le meten por los ojos nada más verlo. De los cuatro encierros mostrados en el desenjaule, se llevó la palma la preciosa y seria novillada de Palla que abre el abono; y el tremendo aparato de la seria, honda y cuajada corrida de Vellosino. Desigual, como la de Garcigrande, en tipos y caras, que, sin embargo, presenta dos toros de imponente carrocería y a la vez fenomenales hechuras.
El primer astado que pisó el ruedo fue Presumido, número 15, uno de los dos novillos del debut de Marco Pérez del sábado en La Glorieta. Una preciosidad, por cuajo, hechuras, remate y bellísima lámina. Causaron impacto por su volumen y presencia y se llevaron la primera ovación de la tarde dentro de un conjunto de Capea con la lógica desigualdad de una corrida mixta (sábado 14, con Pablo Hermoso a caballo y Ponce a pie, junto al propio Marco Pérez) que desconcertó a casi todos. No convencieron tanto los toros como los novillos de la que será la vuelta del maestro como ganadero a La Glorieta después de 14 años de ausencia sin lidiar un encierro completo en esta plaza. Tibias palmas acompañaron la salida del encierro del ruedo.
La seriedad y el cuajo de la novillada de Antonio Palla (viernes 13, con las presentaciones de Raquel Martín, Jesús de la Calzada y Javier Zulueta) se impuso a todo y a todos. Encierro con fachada y presencia de corrida de toros, preciosa y muy seria, de largos esqueletos en su conjunto bien lleno, rematado y musculado, esplendoros pelo reluciente y serias y colocadas defensas. Abrió la muestra Pueblerino, número 66, uno de los cinco utreros de pelo negro del sexteto que remató en su salida al ruedo un colorado 53, de nombre Palomito, que sobresale del parejo encierro, por su volumen, por sus kilos y también por su altura, dentro de un conjunto sobresaliente por sus cuajadas hechuras y por su seriedad que se llevó en su salida una rotunda ovación.
La de Garcigrande (viernes, 20: Talavante, Roca Rey y Pablo Aguado) destaca por su cuajo y, sobre todo, por su desigualdad en todo, en hechuras, en volumen, en pesos y en caras. Los dos más estrechos de sienes y que más aprietan las caras, uno engatillado de pelo negro y otro de capa castaña (112, llamado Pugi), sobresalen del resto por su imponente cuajo. A ninguno de los dos hay que perder de vista porque suele ser este detalle de distinción en esta ganadería, en la que ese amplio y hondo esqueleto es buen augurio en toros de triunfo. No había fallado esta divisa en Salamanca en todo lo que va de siglo, el año pasado lidió un toro en la concurso, y esta Feria vuelve a recobrar protagonismo en la jornada que más cerca va de conseguir el cartel de «No hay billetes» en las taquillas. Roca Rey es el responsable.
No gustó la corrida de Vellosino por cómo salió al ruedo en su apagado comportamiento. Sin embargo presenta una formidable seriedad, por su cuajo, por sus hondos esqueletos y por su seriedad. Un encierro con algun borrón, pero de tremendo aparato y formidable carrocería, alta alzada que impone por su gran seriedad. Amplia, honda, alta en sus hechuras es una de las corridas de más volumen que se ha lidiado en La Glorieta en los últimos años. No fue lo suficientemente reconocida. La divisa del Campo de Ledesma vuelve al escenario en el que el año pasado se destapó con el bravísimo Madrileño que se alzó con el Toro de Oro.
El toro charro ya aguarda en los corrales de La Glorieta —ayer con apenas un cuarto de entrada— velando armas para la gran cita taurina del año.
Capea aunque ha lidiado toros sueltos para rejones en La Glorieta en los últimos años e incluso uno a pie de gran nobleza en la corrida concurso del año pasado, no lidiaba un encierro completo en Salamanca desde la Feria de 2010, precisamente en otro festejo mixto, con Pablo Hermoso de Mendoza, Sebastián Castella y Juan del Álamo como novillero.
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