La afición 'calienta motores' en el tradicional desenjaule

El desenjaule es sinónimo de preámbulo para la afición salmantina. Una forma muy nuestra de comenzar la Feria taurina de la Virgen de la Vega. Es una tarde que sirve, sobre todo para calentar motores y tomar contacto de nuevo con nuestra plaza de toros de La Glorieta. También es tarde de saludos y reencuentros con personas que quizá no vuelves a ver hasta el próximo septiembre, pero siempre agradables.

La tarde empezó regular entre los tendidos; una señora tuvo que ser atendida por la Cruz Roja por lo que pareció un golpe de calor, pues la verdad es que hizo un bochorno terrible... el caso es que la mujer tomó aire y ni se movió de su asiento, ella había venido a ver los toros, y ahí aguantó como una jabata.

En el mismo tendido, justo debajo, un grupo de unos quince güiris admiraba la escena con cara perpleja; la misma que mantuvieron durante el desenjaule de los astados de las cuatro ganaderías que saltaron al ruedo. Parecía que les estaba gustando, igual que les gustó la actuación de los novilleros de la Escuela Taurina de Salamanca que se celebró posteriormente.

Precisamente, el diputado encargado de esta 'fábrica de sueños', como me gusta denominar a la escuela, fue quién hizo las veces de presidente. Jesús María Ortiz, también diputado de Deportes, llegó a la plaza de toros acompañado del vicepresidente de La Salina y diputado de Cultura, David Mingo (también alcalde de Santa Marta), que como buen defensor de su sector, apoya la tauromaquia siempre que puede, siendo además un gran aficionado.

Desde el callejón disfrutó de la actuación de los chavales de la Escuela, que desde hace unos años es un revulsivo para la tarde del desenjaule, puesto que logra poblar masivamente los tendidos, sobre todo de gente joven. Son muchos los amigos que arrastran los jóvenes que actúan en estas clases prácticas, logrando generar un gran ambiente.

También son muchos los familiares que van a apoyarles. Concretamente uno de ellos, Salvador Herrero, estuvo más que nunca arropado por su familia en el año más difícil para él, puesto que es nieto del recién desaparecido Salvador Herrero, de quien heredó nombre y afición desmedida por el mundo de la tauromaquia. Su tía Beatriz, junto a la gran aficionada de Matilla, Teresa Sagrado y más familiares, disfrutaron de lo lindo con la actuación del joven, que logró cortar una oreja que seguro supo a gloria en el cielo.

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