La víctima de la brutal explosión de gas en una hamburguesería sufre problemas psicológicos

Hace casi un año que se originó la brutal explosión de gas en una conocida hamburguesería de Salamanca a causa de la cual resultó herido un trabajador. Ocurrió el 18 de enero en la calle Correhuela y actualmente el caso se encuentra en fase de instrucción. Desde ese día la víctima, un joven de 24 años, viene arrastrando una ansiedad que le afecta gravemente en su día a día, según han manifestado a LA GACETA sus letrados Eduardo Luis y María Ángeles Llorente.

El trabajador llevaba casi dos años realizando las labores de cocinero para la conocida cadena de hamburguesas cuando sucedieron los hechos. Al parecer, el empleado se encontraba preparando el servicio de cocina para la apertura cuando se apagó una de las freidoras de gas donde estaba pochando patatas. Este intentó volver a encenderla y fue cuando se dio cuenta de que el aparato presentaba una fuga de gas.

Minutos después, la tapadera de la freidora saltó por los aires y le golpeó en la cara, causándole heridas y quemaduras en los pómulos, cejas, nariz, boca, pestañas..., y dejándole sin visión en ambos ojos. Este salió corriendo de la cocina—ubicada en la parte de abajo del restaurante— y en ese momento escuchó otra explosión que hizo que el local se llenara de humo. La víctima intentó salir del establecimiento por la puerta principal—el negocio carece de puerta de emergencia—para no inhalar el humo, pero la explosión dañó el sistema eléctrico e hizo que se bloquearan las puertas. Tampoco funcionó el sistema de extinción de incendios. Por lo que el varón tuvo que avisar de lo ocurrido a través de su teléfono móvil y ser rescatado por los Bomberos de Salamanca.

Por tales motivos, el joven ha permanecido unos nueve meses de baja, primero física y después psicológica, hasta que se ha podido reincorporar este mes a la plantilla de la hamburguesería. Si bien el cocinero ha solicitado a la empresa que le cambiaran la función para no volver a revivir los hechos en la cocina, pero se le ha denegado la petición. Según las mismas fuentes, algunos trabajadores veían comunicando, tiempo antes de la deflagración, los daños que sufría la freidora, así como otros aparatos de la cocina y la instalación de gas, pero a pesar de ello seguían persistiendo las deficiencias, incluso después de la explosión.

Tal y como publicó este diario, una llamada alertó del estallido en el céntrico restaurante, situado en el número 18. Un amplio despliegue de emergencias se desplazó rápidamente al local en cuyo interior había quedado atrapado el trabajador. Los bomberos tuvieron que romper un cristal para acceder al local, que estaba inundado de humo, y rescatar al varón. El 112 recibió a las 11:20 horas la llamada solicitando asistencia sanitaria. El servicio de emergencias dio aviso a la Policía Local y los Bomberos de Salamanca, así como a la Policía Nacional y al centro coordinador de urgencias de Sacyl, que envió una UVI móvil y una ambulancia de Soporte Vital Básico.

Una vez allí, el personal médico atendió al joven y le trasladó al hospital. Mientras tanto, los bomberos sofocaron las llamas y procedieron a ventilar toda la instalación, dejando además la ventana asegurada.

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