La Audiencia absuelve al 'esteticien' acusado de abusar de una clienta: no da credibilidad a la denunciante

La Audiencia Provincial de Salamanca ha declarado inocente a J.M.R.C., el 'esteticien' acusado de abusar sexualmente de una clienta mientras le masajeaba en una clínica de Béjar. El tribunal no ha tardado ni una semana en dictar sentencia en el caso por el que el acusado se enfrentaba a una pena de seis años de prisión que le pedía la Fiscalía, además de inhabilitación, libertad vigilada y 10.000 euros de indemnización. Le acusaba de retirarle la braguita e introducirle un dedo durante un tratamiento.

En el juicio celebrado el miércoles, el acusado negó rotundamente los cargos contra él e insistió en que la denuncia era «mentira» y que creía que se había debido a «intereses económicos».

Por su parte, la denunciante, también esteticista, se mantuvo firme en su denuncia, llegando a declarar: «Noté que un dedo se metió en mi vagina, le pregunté 'qué has hecho' y me dijo que se le habría resbalado con la crema».

El tribunal concluye en su sentencia, a la que ha tenido acceso LA GACETA, que los hechos probados no son constitutivos del delito de abuso sexual con introducción de miembro corporal del que se le acusaba, tal y como mantenía el letrado de la defensa. «Esta sala no puede dar credibilidad a las declaraciones de la víctima sobre ese momento preciso y repentino en que el acusado deslizó su mano en sus partes íntimas y le introdujo un dedo en la vagina. Momento que no ha quedado suficientemente probado, por lo que no podemos afirmar que sea falso, pero tampoco y, esto es lo importante desde el punto de vista de un proceso penal, podemos afirmar que sea un dato de hecho verdadero y verificado en el presente proceso», señala el tribunal.

«Ello obliga a absolver a J.M.R.C. respecto del delito de abuso sexual del que ha sido acusado. Sin que por lo demás tampoco de la declaración de este, ni la declaración del resto de las pruebas testificales, de la Policía Judicial, ni de las empleadas de la clínica, se pueda derivar que el acusado hubiese reconocido en algún momento la verdad de los hechos que se le atribuían por la denunciante. Pues lo único que consta es que según la recepcionista de la clínica el acusado pidió por si el tratamiento que le había dispensado a la denunciante la había provocado algún problema, lo cual puede entenderse que se estaba refiriendo a que como es un tratamiento en el que se aplica calor sobre el cuerpo de la víctima, y acaso eso la había producido algún tipo de quemadura o alguna molestia, pero nunca a que haya reconocido el acusado los tocamientos ni la introducción de un dedo en la vagina de la denunciante, ni instrucción ni ante ningún testigo de referencia ni tampoco ante la Policía», señala.

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