«Qué amable era conmigo, parecía que me conocía de siempre»: visto para sentencia el juicio contra un estafador 'cariñoso' de libro
El acusado plantó a la juez, pero la vista siguió adelante. Tras el hurto, la Policía cotejó las grabaciones de las cámaras de la Policía Local con otras de hechos similares en otros puntos del país y lo identificaron. Al entrar en su Facebook vieron que llevaba la misma camiseta y tenía los mismos lunares
Salamanca
Jueves, 10 de julio 2025, 13:32
«Qué amable era conmigo, parecía que me conocía de siempre». Con esa frase, dicha a través de videoconferencia y con cierta dificultad dada su avanzada edad durante el juicio, una anciana salmantina de 88 años ha resumido la forma en la que fue engañada a la salida de misa en la iglesia de María Auxiliadora. Lo que parecía un gesto afectuoso, casi familiar, acabó siendo una estafa perfectamente orquestada para arrebatarle el reloj de oro que había heredado de su madre. Este jueves, el caso ha quedado visto para sentencia en el Juzgado de lo Penal número Dos de Salamanca, aunque el acusado, un ciudadano rumano de iniciales L.B., ni siquiera se ha presentado.
No es la primera vez que lo hacía. La vista ya tuvo que suspenderse anteriormente por la incomparecencia del acusado, y este jueves ha vuelto a repetir la jugada sin avisar ni justificar su ausencia. Sin embargo, como la pena solicitada no supera los dos años, la ley permite que se celebre igualmente. Y así ha sido.
La víctima ha contado cómo una mujer desconocida se le acercó primero a pedirle la hora y, tras la misa, la volvió a abordar con besos y abrazos. «Qué amable conmigo, Si parecía que me conocía de siempre... le dio tiempo a darme besos, abrazos y me cogió de todos los sitios», insistió. Cuando llegó a casa, se dio cuenta de que ya no llevaba el reloj: un Omega de oro con correa de cuero, con gran valora sentimental porque era de su madre.
Tras ella, declararon dos agentes de la Policía Nacional que ratificaron los atestados. Uno de ellos explicó que gracias a una cámara de tráfico de la Policía Local obtuvieron «unos fotogramas muy buenos» y, tras difundir las imágenes «a nivel nacional», dieron con una pareja ya conocida por actuaciones similares. Se trata de Leonar y Donina, ambos de origen rumano especializados en este tipo de hurtos afectivos, en los que simulan una cercanía falsa para ganarse la confianza de personas mayores. Ambos tienen antecedentes en distintas comisarías de España siempre por hechos similares.
El acusado fue identificado, entre otras cosas, gracias a una foto en su perfil de Facebook donde aparecía con la misma camiseta del día del robo y unos lunares en la cara que lo delataban. «No tengo ninguna duda de que es ella», dijo uno de los policías refiriéndose a la mujer, aún no detenida pero perfectamente reconocida por los agentes.
Según señalan fuentes del caso, ambos presumen de una vida lujosa en Rumanía, muy alejada de la imagen de indigencia con la que actúan en España, donde casi parecen mendigos.
Al término de las declaraciones, la fiscal mantuvo su acusación y la petición de un año de prisión para el acusado, convencida de que «los hechos han quedado plenamente corroborados» con la declaración de la víctima y el testimonio de los agentes. «Para más inri», subrayó, «el acusado llevaba la misma camiseta en sus redes sociales que el día del asalto».
Por su parte, la defensa apeló a la presunción de inocencia y dejó caer que su cliente «podría ni siquiera haber estado allí ese día».
Tras ello, el juicio ha quedado visto para sentencia.