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SALAMANCA
Domingo, 17 de noviembre 2024, 07:00
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J.G.O., el acusado de dejar morir de hambre a su ganado en la explotación que había arrendado en Cantalapiedra, ha negado las acusaciones contra él en el juicio celebrado esta semana en el Juzgado de lo Penal número Dos de Salamanca.
Lejos de asumir el estado de abandono y la muerte de numerosos animales a su cargo, reconoce que se marchó de la finca, pero asegura que envió las llaves por mensajería al propietario y dejó comida para los animales para dos días.
Mientras tanto los agentes del Seprona que inspeccionaron la explotación se han ratificado ante la juez en sus informes en los que hacían referencia a la muerte de ovejas y corderos, así como a que encontraron perros extremadamente delgados, ovejas sin ordeñar y corderos que como consecuencia de ello no mamaban.
La Fiscalía le pide 16 meses de cárcel y tres años de inhabilitación para profesión, oficio o comercio con animales, así como para su tenencia. Le pide además el pago de as costas derivadas de este procedimiento.
Relata la Fiscalía que, en virtud del contrato de arrendamiento de agosto de 2022, el acusado arrendó la explotación sita en la parcela 129 del polígono 505, en Cantalapiedra, a su propietario.
El 28 de febrero de 2023, el propietario denunció ante el Seprona el abandono de los animales que había en la explotación y el 2 de marzo los agentes comprobaron que efectivamente el acusado había abandonado la finca, habiendo dejado perros y ovejas encerrados, sin comida y sin prestarles los cuidados necesarios, quedando expuestos a situaciones de peligro para su vida o integridad.
Concluye la fiscal que J.G.O. dejó el ganado y los perros sin alimento, haciendo así dejación voluntaria de los deberes más básicos de alimentación y cuidado, sabedor por su profesión y conocimientos de que con ello ocasionaría la muerte de alguno o algunos de los animales y les causaría una situación de sufrimiento o agonía de la que fue consciente en todo momento dado que las muertes fueron produciéndose progresivamente.
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