«Todavía tenemos mucho por vivir, aprender y enseñar»

«Viejos no, mayores quizás, pero viejos no», bromean las cinco personas mayores de 70 años que participaron ayer en el coloquio organizado por Cruz Roja con motivo del Día Internacional de las Personas Mayor.

Una charla de la que formaron parte usuarios y voluntarios de la organización solidaria y que bajo el lema «Que valorar su experiencia vaya a mayor» busca hacer a la sociedad reflexionar sobre el trato que se les da a los individuos cuando superan la barrera de los 65 años.

«Una gran parte de la juventud nos trata como si no tuviéramos ya nada que aporta. Al contrario, todavía tenemos mucho por vivir, aprender y enseñar», cuenta María Teresa Blas, de 75 años, a la vez que relata una vivencia personal: «Una vez yo iba por la calle y pasa un grupo de adolescentes y escucho que uno dice con cierto tono de desprecio: la vieja que va ahí. Y yo me volteé y le dije: Oye, un poco de respeto que yo no soy vieja. Tengo una edad, pero vieja no soy».

Experiencias como estas son a las que se enfrentan a menudos las personas al superar una determinada edad. «Los más jóvenes, a veces, creen que no tenemos nada que enseñarles. Algunos nos miran como que ya nosotros hemos hecho todo lo que nos correspondía y que no tenemos nada más por aportar. Sin embargo, lo que no se dan cuenta es que nosotros también tuvimos su edad. Lo que ellos están viviendo ya lo vivimos y si les decimos algo es porque no queremos que cometan los mismos errores que nosotros», comenta Eladio Serrano, de 73 años.

Entre estas formas de despreciar a los adultos mayores, una de las más comunes es ignorar sus deseos . «Parece que cuando se cumple cierta edad tu opinión ya no es válida y no debería ser así ¿por qué se tiene que menospreciar a alguien solo por su edad?», analiza Pilar Santamaría, de 75 años.

Frente a esto, los cinco participantes reflexionan que lo más importante es el respeto y la educación. «Hay que enseñarle a la juventud que los mayores de 65 años somos personas igual que ellos, pero con otra edad», puntualiza Eladio Serrano.

Para ello, los usuarios y voluntarios de Cruz Roja coinciden en la importancia de derrumbar mitos. «Es fundamental que el entorno no te límite, que no te digan: tú eres mayor ya no puedes hacer esto, sino que entiendan que a pesar de tener una edad siempre se puede seguir aprendiendo», opina Pilar Santamaría.

Por ello, los cinco participantes consideran que es necesario reinterpretar el concepto de «ser mayor». «Yo no me siento mayor. Tengo una edad, pero no por eso me siento mayor. Mientras uno esté bien y pueda hacer las cosas que quiera creo que se sigue siendo joven», considera Andrea Fernández, de 75 años.

Una opinión muy similar a la del resto del grupo que insisten en que, a pesar a haber superado los 70 años y tener miles de vivencias a sus espaldas, no se sienten ni mayores ni mucho menos que ya no tengan nada por aportar a la sociedad. «Para mí la edad no es lo que te convierte en viejo. Hay personas que por su actitud o temas de salud ya son viejas con 35 y otras que con 75 se mantienen muy jóvenes», asegura Luis Sánchez, de 75 años.

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