Un verano más mortífero que el pasado en Salamanca, pero que ni se acerca al de 2022

Un reciente estudio del Instituto de Salud Global de Barcelona publicado en la revista «Nature Medicine» apunta que «la vulnerabilidad al calor de las sociedades europeas ha disminuido progresivamente a lo largo de este siglo». De no haber sido así, apunta que la mortalidad atribuible a las altas temperaturas, más de 47.000 decesos en Europa en 2023, habría sido un 80% mayor, lo que conllevaría que en lo que va de verano en Salamanca se hubiesen registrado ya 140 defunciones por este motivo. Sin embargo, son 28 las estimadas en la provincia del 1 de junio al 17 de agosto, conforme al sistema de monitorización de la mortalidad diaria (MoMo) del Instituto Carlos III, dependiente del Ministerio de Sanidad.

El mismo estudio apunta que el pasado fue el segundo peor verano de la década en lo que a mortalidad por calor se refiere. Sin embargo, en el caso de Salamanca todo apunta a que el actual periodo estival podría cerrarse con peores datos que en 2023. En el mismo periodo del pasado verano, la cifra de decesos por este motivo fue de 19, un 47,36 % menos que en las mismas siete semanas de este año. Todo dependerá de lo que ocurra hasta finales de septiembre, parte final del verano en la que en el pasado ejercicio fallecieron otros 25 salmantinos.

Pese a las cuatro olas de calor que se han vivido en Salamanca desde principios de junio, el impacto de las altas temperaturas sobre la población no parece estar generando tantos estragos como en 2022, el más cálido de la historia desde que existen datos. Sus siete noches tropicales, la temperatura media más alta de la que hay registro y tres jornadas consecutivas con más de 40 grados conllevaron un importante incremento de la mortalidad. En Salamanca, MoMo cifró en 95 los decesos atribuibles al calor y todos ellos se registraron precisamente entre el 1 de mayo y el 17 de agosto. Así, este año son menos de una tercera parte de los registrados hace dos, concretamente un 70 % por debajo.

La semana pasada, así como la última de julio y la primera de agosto, han sido las tres en las que las altas temperaturas han provocado este verano más complicaciones de salud en la provincia, según el sistema de monitorización de la mortalidad. De hecho, hasta el 20 de julio, el Instituto Carlos III no contabiliza ningún exceso de fallecimientos que pueda atribuirse al calor.

¿Es la población menos vulnerable ante el calor que a principios de siglo?

«Nuestros resultados muestran cómo ha habido procesos de adaptación de la sociedad a las altas temperaturas durante el presente siglo, que han reducido drásticamente la vulnerabilidad al calor y la carga de mortalidad de los últimos veranos, especialmente entre las personas mayores», señala Elisa Gallo, investigadora de ISGlobal y primera autora del estudio publicado en «Nature Medicine». Se calculó que si las temperaturas registradas en 2023 se hubieran producido en el periodo 2000-2004, la mortalidad estimada relacionada con el calor habría superado la cifra de 85.000 muertes en Europa, es decir, un 80% superior a la vulnerabilidad al calor en el periodo 2015-2019. En el caso de las personas mayores de 80 años, el número de muertes se habría duplicado, pasando de 1.102 a más de 2.200 muertes relacionadas con el calor.

Una de las provincias menos castigadas por el calor en 2023, según el ISGlobal

El estudio del Instituto de Salud Global de Barcelona sobre la mortalidad por calor durante el pasado verano en Europa sitúa a Salamanca como uno de los territorios menos afectados, todo lo contrario que en 2022. Mientras que el Instituto Carlos III estima en 44 las muertes por altas temperaturas del pasado verano en esta provincia, el ISGlobal las cifra en 55, lo que supone una tasa de mortalidad de 161 muertes por millón de habitantes. Esto supone que se encuentra entre las 20 provincias españolas en las que las altas temperaturas repercutieron menos en la salud de sus habitantes.

Todo lo contrario ocurrió un año antes. El mismo estudio realizado en verano de 2022 situó a Salamanca como la sexta provincia —por detrás de Zamora, Orense, Cáceres, Ávila y Palencia— con más tasa de mortalidad por calor, concretamente 432 decesos por cada millón de habitantes.

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