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El «furor» por el pistacho ha llegado también a Salamanca. Las redes sociales han contribuido durante el último año a la creciente popularidad de este fruto seco, que cada vez se convierte en el sabor protagonista de un mayor número de postres y dulces. También ha llegado para acompañar a la torrija, uno de los platos más populares de la Semana Santa, con una larga tradición en España.
La torrija tradicional ya es pasado. Aunque en todas las casas se degusta este plato, especialmente en estas fechas, las diferentes pastelerías y confiterías de la ciudad han traído nuevas propuestas que aportan a este producto ese valor diferenciador respecto a las sirve cada salmantino en su mesa. A lo largo de esta semana, los escaparates han mostrado torrijas con diferentes toppings o coberturas como crema tostada, crema de avellanas, tiramisú o pistacho. Esta última ha sido toda una revolución para el paladar de los salmantinos.
«La de crema tostada ya era un éxito, pero esta Semana Santa hemos sumado la de pistacho, que ha sido la novedad de este año. Es un fruto seco saludable y bueno. Últimamente tiene mucho tirón en repostería», explica Manuel Sánchez, propietario de Confitería Santa Lucía. La respuesta de sus clientes ha sido muy buena y no descartan seguir innovando de cara al año que viene. «Buscamos tener una torrija diferente a la que cualquiera puede comer en casa. Usamos un pan brioche de mantequilla que hacemos nosotros y que mojamos en leche infusionada con canela en rama, raspaduras de lima o limón y miel, en lugar de azúcar», asegura Sánchez.
En esta receta tan popular, susceptible a muchas variaciones y que muchas veces pasa de generación en generación, recuerda a sus padres. Ellos tuvieron un obrador en el barrio Vidal. «Seguimos manteniendo la forma de embeber la torrija que tenía mi madre y la solución con ese sabor tan característico es prácticamente la misma», reconoce.
La inflación también ha afectado al coste de las materias primas con las que se elabora la torrija. En los últimos tres años, la mantequilla y los huevos han duplicado su precio. El aceite, que afrontó una subida muy fuerte el pasado año, ahora se encuentra estable pero no ha recuperado su precio original. «Las materias primas se han disparado y no bajan», manifiesta Sánchez.
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