«¡Silvestre, una foto!»

A un paso de la playa de la Barceloneta, en el corazón de la nueva ciudad que alumbró el año olímpico, el restaurante Salamanca está decorado con innumerables fotografías declientes conocidos del deporte, las artes, la política, los toros.., «Ahora mismo tendré como 300 wasaps con mensajes cariñosos de gente y más de 200 no sé quienes son. Últimamente cuando voy por el restaurante ya no puedo con tantas relaciones sociales, la garganta no me responde. Y es que no hay día que no me vengan como mínimo veinte clientes que quieren fotografiarse conmigo. ¡Si es que soy un artista!», bromea.

Silvestre tiene a gala recibir a todos con le mismo respeto y profesionalidad. «Ahora mismo estarán un grupo de independentistas que vienen a comer cada mes, y les estarán preguntando a mis hijos dónde estoy», cuenta. «Nos cabrea que nos insistan en que hay que parlar catalá que pongamos restaurant en el rótulo, pero cuando he estado con personas distinguidas de Cataluña yo les agradezco sus atenciones y les digo: «perdonen, pero yo prefiero hablar en castellano».

Los siete establecimientos del grupo familiar de Silvestre Sanchez Sierra dan trabajo actualmente a unas 400 personas y hace dos años eran 700. «Hemos ayudado a mucha gente., Habremos arreglado la documentacion, de , qué se yo 500 personas, inmigrantes que hemos incorporado en tiempos de austeridad y cuando necesitabamos ampliar plantilla. Y es verdad que a veces alguno se marchaba justo después de arreglar sus papeles y nos causaba un disgusto. Esas cosas no se olvidan, pero sí que las tenemos que perdonar. Si no, no podríamos vivir»

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