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Gabriel Sánchez junto a su tarta taurina en su 100 cumpleaños.

Un siglo de trabajo, familia y pasión taurina: «A poco se le saltaron las lágrimas»

Gabriel Sánchez Sánchez celebra sus 100 años de vida orgulloso de un enorme legado construido con esfuerzo y dedicación

Ángel Amor

Salamanca

Jueves, 24 de julio 2025, 06:15

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El pasado 9 de julio, el señor Gabriel Sánchez Sánchez celebró su centenario rodeado de su familia. Un logro que es reflejo de una vida llena de trabajo, dedicación y amor por los suyos.

Nacido en el Barrio de la Prosperidad e «hijo de una mujer abnegada y trabajadora y de un emigrante a Cuba que no hizo fortuna», Gabriel ha sido un hombre que ha marcado la diferencia en su comunidad y en su hogar.

Su hijo Pelayo lo describe como un señor «muy serio» pero con unos valores firmes, «la educación y la responsabilidad con la palabra dada» fueron sus enseñanzas más valiosas. Durante su vida laboral, Gabriel compaginó su trabajo en Correos con el oficio de carpintero. Su hijo Luis recuerda cómo, a su regreso de repartir correspondencia, su padre se metía en su taller «trabajando la madera con una dedicación que cautivaba a todos».

Gabriel es también un hombre profundamente familiar. «Lo más importante siempre ha sido estar todos juntos», afirma su hijo Antonio, quien rememora con cariño las reuniones y fiestas familiares que organizaba su padre, donde la unidad era el mayor tesoro. Para él, el hogar que formó junto a su esposa, la señora Francisca Serna, fue siempre el centro de su vida, una enseñanza que hoy perdura en sus hijos.

La familia de Gabriel Sánchez en el museo taurino de Salamanca.

Además, uno de los aspectos más destacados de la vida de este salmantino centenario es su pasión por el mundo del toro. Gabriel fue un ferviente seguidor de las corridas y un miembro activo de la Peña Taurina de Julio Robles, de la que fue presidente. Su hijo Pelayo recuerda con emoción como, durante su centenario, la familia le organizó como sorpresa una visita al Museo Taurino de Salamanca, un lugar donde Gabriel ha dejado una huella imborrable siendo uno de los fundadores: «A poco se le saltaron las lágrimas». Ahora, aunque la edad ya le impide asistir a las plazas de toros, su amor por este arte sigue vivo.

El 9 de julio, durante la celebración de su centenario, la familia de Gabriel no solo recordó su trayectoria, sino también la importancia que siempre le ha dado a los pequeños detalles de la vida cotidiana siendo para todos los suyos «un modelo a seguir».

Cada mañana, Gabriel sigue leyendo LA GACETA, un ritual que ha mantenido durante décadas. «Ponerse al día» es algo que nunca ha dejado de hacer, asegura su hijo Pelayo, quien también afirma que «su interés por la actualidad sigue intacto».

A sus 100 años, Gabriel Sánchez posee un legado de trabajo, familia y pasión taurina, valores «vivos» en sus tres hijos, siete nietos y cuatro bisnietos.

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