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Entre la foto que publicó LA GACETA cuando se colocó el primer semáforo en Salamanca y la de este reportaje se enmarca un periodo de 56 años, justo los que han pasado desde que se encendió la primera señal vertical en el cruce de la ... puerta Zamora en 1967 y la visita del jefe de Tráfico, Ángel Domínguez, a este lugar hace unos días para repasar los enormes avances que ha experimentado en control y gestión de la circulación la ciudad.
En estas casi seis décadas Salamanca ha pasado de estrenar las señales verticales, la segunda se instaló en el cruce entre San Pablo y la plaza Poeta Iglesias, a contar con 1.259 semáforos distribuidos por prácticamente toda la ciudad.
Si los primeros dispositivos eran mecánicos, con levas como las del motor de un coche para cambiar los colores, hoy en día avanzan hacia una gestión con inteligencia artificial y automática desde la sala de control de Tráfico.
Son capaces de coordinarse incluso con las ambulancias y próximamente, con los autobuses para darles prioridad.
Ángel Domínguez repasa el viaje histórico de una Salamanca de finales de los años 60 a la tecnológica de la actualidad. Para ello regresa al punto en el que comenzó todo: la puerta Zamora.
Él tenía dos años cuando el entonces alcalde Alberto Navarro González se plantó en la denominada plaza del Ejército para activar el semáforo. Según contó LA GACETA y ha recuperado recientemente en su serie «Episodios salmantinos» el periodista Santiago Juanes, mientras cientos de salmantinos se sentían orgullosos del avance «en tan crucial punto», entre los peatones y los automovilistas reinó «cierto desconcierto».
Desde entonces y hasta ahora la regulación del tráfico con semáforos ha experimentado tres grandes hitos en la capital del Tormes: en el año 1988, en el año 2000 y desde 2020 hasta la actualidad.
Ángel Domínguez ha vivido cada uno de ellos como Policía Local, en sus primeros años regulando el tráfico. Recuerda el trabajo que suponía cada verano la congestión de coches de los emigrados portugueses a Europa que tenían que atravesar la ciudad para volver de vacaciones a su país antes de que se construyera la circunvalación. «El control del tráfico moderno comienza en 1988 con la incorporación del panel sinóptico», comienza su relato.
A partir de ahí empiezan a comunicarse los semáforos, coordinando los tiempos con los del entorno para mejorar la fluidez. Se monta la sala de Tráfico que centralizaba la información con un panel sinóptico que avisa con luces de las averías y ya no hay que acudir al cruce para arreglar las averías.
Para entonces Salamanca ya tenía 64 reguladores semafóricos: ordenadores que coordinan los semáforos de uno o varios cruces. «En el año 85 el control de los discos era por levas, pero en esta época ya es más tecnológico», apunta Domínguez.
De los 64 cruces, 54 ya se ajustan desde la sala, desde donde se puede ver en directo el estado de la circulación al disponer de cuatro cámaras de tráfico y cuatro pantallas. Tienen que pasar 22 años para que se produzca el siguiente hito.
El «efecto 2000» se tradujo en el tráfico salmantino en un avance cuantitativo con la mejor dotación de la sala de Tráfico, que elevó a 14 el número cámaras y a 9 el de monitores, «de 21 pulgadas para ver desde el centro todos los cruces».
La comunicación ya no es solo entre los semáforos y la sala: se empieza a informar a los conductores de posibles incidentes, como puntos con obras o calles cortadas, con 10 paneles.
El tercer hito se registró en el año 2020 cuando la gestión del Tráfico pasa de ser analógica a digital, con nuevos sistemas de cámaras y con red de comunicación de fibra óptica.
Se incorpora un sistema de grabación digital con una capacidad de grabación de un mes frente a los tres días de antes. «La calidad de la imagen ahora es mucho mejor, con más resolución incluso en horarios nocturnos», incide Domínguez.
Las 14 cámaras ahora son todas digitales, se suman dos más y se modifica el servidor con un sistema de grabación que da más juego.
Aquel antiguo panel sinóptico se transforma en 9 monitores de 25 pulgadas completado con un panel digital. «Ya podemos manejar datos estadísticos», destaca el responsable de Tráfico como enorme avance. Según explica, aunque aún se encuentran en fase de recopilación, el manejo de la información cambiará la gestión del tránsito a corto plazo.
En el año 2020 la ciudad también experimenta un enorme avance en accesibilidad en relación al Tráfico. En este momento los cruces con avisadores acústicos se incrementan del centenar a los más de 900 que existen en la actualidad y con otra peculiaridad que distingue a la capital: es la única en España con activación del sonido por mando a distancia las 24 horas para evitar la contaminación acústica que se produce en otras localizaciones donde «aunque se apague por la noche, está continuamente activo».
El jefe de Tráfico, Ángel Domínguez, también destaca que en 2020 se acomete una batida para comprobar si hay barreras arquitectónicas en el entorno de los semáforos. «Los pulsadores estaban a la altura adecuada, pero el problema era que en algunos casos había bordillo u otros obstáculos que impedían el acceso a ellos». Se quitaron todos.
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