«Una ruta de vinos es una de las mayores defensas del mundo rural»

«Enoturismo en Salamanca: Denominaciones de origen y ruta del vino» ha sido la tercera de las mesas del Congreso de Gastronómico de LA GACETA. Rebeca del Rey Rivero, directora técnica de la D.O.P. Sierra de Salamanca, Carlos Capilla Barreda, director técnico de la D.O. Arribes, Liliana Fernández Pérez, gerente de la Ruta del Vino Arribes, y Rubén de Arriba Rodríguez, gerente de la Ruta del Vino Sierra de Francia, han sido los encargados de intervenir en esta ponencia.

Todos ellos han coincidido en que una ruta de vino consigue aglutinar a las administraciones, a la población, y a los negocios de una zona en torno a una Denominación de Origen, algo que conlleva muchos beneficios tanto para los ciudadanos de la capital como para los del resto de la provincia. «Una ruta de vinos es una de las mayores defensas de lo que es la población rural», señaló Rubén de Arriba, destacando que Castilla y León es el territorio que cuenta con más rutas del país, siendo nueve en total. 

Por su parte mencionó también la iniciativa de los autobuses del vino, un proyecto que conecta a la ciudad con los pueblos. «Buscamos lo que demanda el turista, y eso es ser el protagonista. Si aunamos todos esos recursos con los socios que tenemos entre las rutas del vino hay más de 100 rutas enoturísticas para todos los públicos. Es una forma buena de acercar la provincia a la ciudad. Los autobuses tienen formato de un día donde la gente puede visitar naturaleza, el patrimonio y disfrutar de la comida y del vino», afirmó, recordando que este tipo de turismo de cercanía hacen que el turista se acerque a los que realmente están involucrados con este proceso para encontrar la autenticidad.

El hecho de que zonas como Arribes se encuentren entre dos provincias, puede resultar complicado a la hora de hablar de la gestión, como apuntó Liliana Fernández, pero, «no hay límite a la hora de vender el producto. Nosotros generamos un destino al que la gente quiere venir. Vendemos el territorio». Para ello cuentan con todo tipo de experiencias en su página web para que los interesados puedan conocer tanto Arribes como la Sierra de Francia, además de una formación para los socios cuenten con el conocimiento suficiente.

Durante su intervención, Carlos Capilla apuntó que la hostelería ha dado grandes pasos en cuanto a la convivencia con el vino. «Cada vez hay más pedagogía y antes faltaba conocimiento sobre la producción de vino en estas dos provincias. A esto se le suma la calidad suficiente del producto que hace que el hostelero lo pueda ofrecer sin dar apenas explicación ya que su calidad es inigualable. Los vinos de D.O. Arribes o Sierra de Francia están en la mesa de cualquier persona a día de hoy».

Tanto Carlos como Rebeca apuntaron que el suelo, la altitud, el clima y la gente son los cuatro pilares fundamentales para un vino. «Nosotros en la Sierra tenemos altitudes muy diferentes dependiendo de la zona, eso hace que haya mucha variedad en los productos y en la uva. Es una zona en la que tenemos de todo», explicó Rebeca.

Tras la intervención de los ponentes, se procedió a la cata de cuatro vinos, dos de cada Denominación de Origen: uno blanco de 2023 de Arribes, rufete blanco del 2020, otro rufete de Sierra de Salamanca y un crianza de Juan García de Arribes.

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