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Roberto Verino, en Salamanca: “El futuro será cuestión de no hincar la rodilla”

Roberto Verino, en Salamanca: “El futuro será cuestión de no hincar la rodilla”

“Lo importante no es tener más, sino disfrutar las pequeñas cosas. Con mi moda pretendo lograr armarios emocionales y que las prendas duren en el tiempo”, asegura

Viernes, 18 de marzo 2022, 21:02

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Roberto Verino (Verín, Orense, 1945) celebra en Salamanca el 40 aniversario de su marca con una exposición, que se puede visitar hasta el 18 abril en su tienda de Vázquez Coronado, con carteles inéditos de alumnos de la Facultad de Bellas Artes.

–La colaboración entre la marca Roberto Verino y las propuestas de los estudiantes de Bellas Artes de Salamanca es un buen tándem.

–Ya lo creo. Es muy interesante, motivadora e ilusionante al encontrar la unión entre la moda y el arte. Es buscar esa sintonía que siempre hubo. Y qué mejor que hacer partícipes a los alumnos de Bellas Artes en esta experiencia maravillosa que es el mundo de la moda.

–Roberto Verino se fue a estudiar a París en los años sesenta.

–El mundo era muy distinto al actual. España y Francia estaban unidas por los Pirineos, que marcaban casi el inicio de África y no el final de Europa. Pero me dio la posibilidad de descubrir mi pasión: la búsqueda de la belleza transmitida a través de la forma de vestirnos. Y eso me ha permitido sentirme un afortunado porque no hay mayor gratificación para las personas que ejercitar una profesión que nos apasione y, al mismo tiempo, vivir de ella. Y estamos en un momento muy oportuno para ilusionarnos y buscar sintonías con los alumnos de la Universidad de Salamanca.

–Su intención era estudiar Bellas Artes en París.

–Pero no tuve la oportunidad de entrar en la universidad porque no había hecho los estudios en Francia y no elegían a cualquiera. Había que prepararse y fui a una academia, donde estuve preparándome para intentar entrar en la universidad. Y fruto de esa relación con la academia encontré un trabajo donde se buscaban figurinistas porque era el nacimiento del prêt-à-porter. Fue una feliz coincidencia encontrar una profesión desconocida para mí, pero llena de posibilidades en el inicio de un cambio de paradigma en la alta costura, que descendía a la calle con esa moda “lista para llevar”. Conocí más en profundidad el oficio y logré volver a España para poner en práctica aquí aquella actividad. Había un enorme coste arancelario añadido y prácticamente se duplicaba el coste de todo lo que se producía en Francia en los años 60, con lo cual era muy difícil que se pudiera digerir aquel sobrecoste aunque fuera por una inmensa minoría.

–Pero se asentó en su tierra natal.

–Para mí fue ofrecer, por un lado, una fuente de trabajo sobre todo para las mujeres de mi pueblo, Verín, que no tuvieron que irse para lograr un sueldo digno y desarrollar su potencialidad. A través de la marca francesa Billy Bonny buscamos la gratificación a través del mundo de la moda con un producto diseñado en Francia y producido en España con materiales franceses o italianos. Y en un determinado momento puse en marcha la marca Roberto Verino, como consecuencia de aquella relación inicial con Billy Bonny. Yo estuve trabajando con Billy Bonny hasta el año 1985 (fecha hasta la que tenía compromiso con ellos), pero inicié la marca Roberto Verino en 1982 con una primera colección.

–Su primer desfile fue en París.

–Y la primera tienda también la abrí en París, en el 33 de la Rue de Grenelle. Fue el atrevimiento de un joven español orgulloso de su origen, convencido de que la mejor forma de perseguir la búsqueda de la excelencia era enfrentarme a mis maestros para ver hasta qué punto yo estaba capacitado. Fue el triunfo de la voluntad, del tesón y de la juventud.

–Llevamos varias crisis encadenadas. ¿Cómo resiste la marca Roberto Verino?

–Tratamos que la ilusión siga de nuestro lado, que el entusiasmo con que hacemos las cosas nos permita estar cerca de las personas y, entre todos, salir a flote. Debo mucho a nuestros fieles consumidores. La marca Roberto Verino está en un momento importante con sus 40 años de historia y cuenta con un plan de futuro, de continuidad, liderado por dos mujeres: mi hija Cristina Mariño, directora de Marca, y Dori Casal, directora ejecutiva. Son dos mujeres importantes en mi vida. El futuro será cuestión de no hincar la rodilla, de creer en nosotros. Cuarenta años son muchos años y ha habido momentos complicados, difíciles; tanto o más que ahora. La pandemia ha sido excepcional y la guerra en Ucrania era lo que nos faltaba... Pero tenemos conciencia de supervivientes.

–Su última colección se llama “Belleza serena”.

–Es un homenaje a todas las cosas eternas, inmutables, capaces de trascender en el tiempo porque saben adaptarse sin perder su esencia, porque son universales, porque son entendidas sin la necesidad de ser explicadas. Pretendo conseguir armarios emocionales y que las prendas duren en el tiempo, con un consumo racional que nos permita ser sostenibles, pensando en la calidad y no en la cantidad. El título de “Belleza serena” invita a pensar que lo importante no es tener más, sino disfrutar de las pequeñas cosas.

–¿Cuántas prendas recomienda a una mujer tener en su armario emocional?

–La ventaja es que las prendas se van sumando. Si la calidad es buena, el estilo es funcional, los cortes son sencillos y los colores no son excesivamente estridentes, tu armario se va alimentando con las cuatro, cinco o seis prendas que puedes comprar por temporada. E incluso puedes regalar prendas o guardarlas. Mis prendas también combinan muy fácilmente entre temporadas.

–La reina Letizia viste moda española, incluyendo la marca Roberto Verino.

–Nuestra reina intenta defender lo que significa la moda de España, que cuenta también con puestos de trabajo de mucho calado. Y eso también es un estímulo. Reconocemos la labor de la reina Letizia, nos sentimos halagados y aplaudimos su buena disposición.

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