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Tomás Miguel y Hortensia Corrredera cumplirán el próximo sábado 50 años de casados. Tenían 25 y 22 años cuando contrajeron matrimonio. «En aquella época era la edad en la que más o menos nos solíamos casar», explica ella. Hoy en día, no solo la media de edad para casarse se ha retrasado, sino que el concepto de familia ha dado un giro de 180 grados.
«En este tiempo ha habido altibajos, como todo, pero con mucho respeto todo sale perfecto», detalla Tomás. Son conscientes de que la trayectoria que ellos han seguido no se replica en la actualidad. «La manera de respetarse en el matrimonio es totalmente diferente, creo que un poco peor, hemos retrocedido en ese aspecto».
Reconocen que en estas cinco décadas han intentado dedicarse «lo mejor posible» a sus hijos. «De momento estamos contentos y ellos siempre nos lo están agradeciendo».
Achacan a la educación que recibieron esta entrega, «la misma que tuvieron nuestros padres, que también creían en la frase de hasta que la muerte nos separe». Consideran que el cambio social ha llevado a dar menos valor tanto al matrimonio como a la familia, lo que ha jugado en contra de ambos.
En estos últimos 50 años Tomás y Hortensia han trabajo «muchísimo» su matrimonio, pero también en sus negocios. Han regentados dos tiendas de ropa conocidas: Confecciones Doyser en la zona del parque Picasso y Peytos, en la calle María Auxiliadora, establecimiento que han tenido abierto hasta marzo del año pasado. 35 años ininterrumpidos vistiendo a generaciones de salmantinos, ofreciendo las últimas tendencias en mujer, caballero y niño durante un tiempo.
«Hemos llegado a tener cinco dependientes y dos modistas. Tenemos la satisfacción de haber estado al pie del cañón hasta el último momento», valora Hortensia. Mientras esperan en el Casino de Salamanca a que el alcalde, Carlos García Carbayo, inicie su discurso en el homenaje a los 25 matrimonios que este año conmemoran sus bodas de oro en la ciudad, reflexionan también sobre el enorme cambio que ha experimentado el mundo del comercio y el de las tiendas de textil en particular.
«La transformación ha sido total. El comercio de los barrios se acabó, junto con el trabajo que generaba», subraya Tomás, ya que además de la plantilla que llegaron a tener, ellos eran los primeros trabajadores.
«Desde que llegaron las franquicias esto se acabó», sentencia el hombre, sin entrar a valorar las nuevas vías de venta a través de plataformas e internet.
Fruto de esta larga trayectoria han nacido tres hijos, todos «por suerte» residiendo en Salamanca. Solo una de sus hijas ha seguido sus pasos y es dependienta en una tienda de ropa de un centro comercial.
«Ninguno ha seguido nuestros ejemplo como responsables del establecimiento, pero están seguros en sus carreras», agradece la pareja, que ya atesora seis nietos y cruza los dedos para que las nuevas generaciones disfruten de una unión tan fructífera y dilatada que han tenido ellos, «de momento, gracias a Dios, es así».
Ayer recibieron una placa conmemorativa por parte del alcalde y de la primera teniente de alcalde, Almudena Parres, mientras que la fiesta para festejar por todo lo alto este hito la dejarán para este fin de semana.
Faustino Iglesias y María Rosa Borrego han cumplido este año sus bodas de oro, en concreto el pasado 25 de agosto. Tienen claro cuál es el secreto de un matrimonio de 50 años: «La compenetración, el cariño y el respeto, la fórmula con la que se superan los momentos malos y se afrontan mejor los buenos». En estas cinco décadas han criado tres hijos, ella además ha sido secretaria y él le dedicó 49 años al negocio familiar, un conocido establecimiento hostelero ubicado en los portales de San Antonio que ya está cerrado y que se llamaba «Mundo».
Valentín Sánchez bromea con la descripción de héroes que recibieron ayer durante la misa en la Catedral previa al homenaje. «Cuando el alcalde nos va a dar una placa, algo tiene que haber visto», continúa el hombre junto a su sonriente esposa. «Hemos tenido 11 hijos, siete vivos», apuntan. «La vida nos ha dado que yo era representante de libros de texto», sigue con las bromas Valentín antes de ponerse serio junto a su mujer para reconocer que su trayectoria juntos han sido «estupenda». Ella como profesora, «los dos juntos y siempre con Jesucristo».
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