Ojo a la “reduflación”
En medio de la escalada inflacionista algunos fabricantes mantienen los precios a cambio de reducir la cantidad de producto. Eso también es pagar más
Viernes, 6 de mayo 2022, 11:21
Antes la subida del Índice de Precios al Consumo (IPC) hasta niveles que no se veían en España desde hace 30 años, algunos fabricantes han decidido mantener los precios para no asustar más a los consumidores. Un logro que se ha producido a cambio de reducir el peso del artículo o la cantidad. A esto se le llama “reduflación” y, aunque ya era un viejo conocido de los consumidores, ahora está más de actualidad que nunca. Por eso los clientes ya no solo se tienen que fijar en el precio, sino que tendrán que mirar más el peso para saber si ha subido o lo ha mantenido.
Hay que fijarse mucho, ya que se trata de reducciones muy poco apreciables, algunas, según los expertos, pueden estar en los 15 gramos de media. Aunque los envases son exactamente iguales, tanto en color como tamaño y forma, lo cierto es que están más vacíos. Por otro lado, en esta práctica de “reduflación” también es posible que se reduzca la calidad del artículo al añadirle, por ejemplo, un mayor contenido de agua.
Un truco para no caer en el engaño consiste en no fijarse en los precios por unidad, sino ver cuál es el precio por kilo o por litro. Algunos expertos también recomienda huir de las ofertas 3x2 porque el producto de origen suele estar elevado, por lo que al final en consumidor sale perdiendo. Por eso antes de optar por esta oferta es aconsejable comprar el artículo de la misma categoría con otros de marcas blancas. Siguiendo esta práctica de “reduflación”, algunas marcas de aceitunas han subido su cantidad de líquido y otros yogures han pasado de pesar 125 gramos a 120 gramos. En el caso de la pasta la bajada de peso puede alcanzar hasta los 40 gramos, mientras que las bolsas de patatas suelen introducir mucho aire y menos contenido, motivo de multitud de memes.
Por todo esto la Organización de Consumidores y Usuarios recomienda revisar los productos que se añaden al carro de la compra y que aparecen con etiquetas como “oferta”, “descuento” o “promoción especial”. Hay que comparar el precio por la unidad de medida, para así saber cuál es la alternativa más económica.