Ocho años después, 'Kung Fu Panda' vuelve a repartir de lo lindo

El oso panda Po es uno de los emblemas de los estudios de animación DreamWorks, responsables también de Shrek o Madagascar. Al principio un vago más bien torpón, poco a poco fue convirtiéndose en un maestro de las artes marciales. Tras más de ocho años de silencio, Kung Fu Panda regresa en una cuarta entrega para todos los públicos, que se estrena este fin de semana en Van Dyck y Van Dyck Tormes. El protagonista se enfrenta a un momento crucial de su vida. El gran maestro le ve capacitado para convertirse en el líder espiritual del Valle de la Paz, pero esa propuesta implica que deje atrás la lucha. Y, por tanto, que ahora le toque buscar (y entrenar) a un nuevo Guerrero del Dragón que esté a su altura para tomar el testigo. Por si fuera poco, tendrá que lidiar con una nueva enemiga, quizá la más temible hasta la fecha: la Camaleona, una hechicera cambia formas que puede transformarse en cualquier criatura y cambiar de tamaño. Ella tiene entre ceja y ceja arrebatarle a Po su Báculo de la Sabiduría para invocar a todos los villanos que ya derrotó.

En Kung Fu Panda 4 vuelve a ponerse de manifiesto la esencia de esta saga, que ha recaudado más de 1.800 millones de dólares en taquilla y aspirado dos veces al Oscar. Por un lado, la acción estilizada, llena de brillantes coreografías de los combates y secuencias que dejan con la boca abierta. Por otro, un vistoso apartado visual, un festín de color y movimiento. Y a todo eso se suma algo no menos importante: el contrapunto cómico. El carisma de sus personajes y su tendencia a meterse en líos da pie a un humor físico que siempre ha caracterizado las producciones de DreamWorks. La guinda del pastel son sus reflexiones profundas: anteriormente sobre la confianza en uno mismo y la búsqueda de identidad; ahora sobre la aceptación de los cambios vitales, que no significan la renuncia a quienes somos. Como novedades, aparte de la villana, se incorpora una aliada de Po: la ladrona Zhen, un zorro blanco ingenioso y carismático que tal vez reaparezca en un futuro no muy lejano. Detrás del proyecto se encuentra el director estadounidense Mike Mitchell (1970), responsable de Trolls, La LEGO película 2 o la cuarta Shrek.

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