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Los testimonios de quienes pidieron el Bono Alquiler Joven: “Emanciparse es casi imposible”

Los testimonios de quienes pidieron el Bono Alquiler Joven: “Emanciparse es casi imposible”

Estos son los testimonios de quien si ha recibido el Bono Alquiler Joven y de quien no, la cara y la cruz de estas ayudas

Jueves, 30 de marzo 2023, 21:16

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Llegó hace siete años y medio desde la localidad pacense de Villafranca de los Barros. Desde entonces ha vivido siempre de alquiler y ha podido comprobar de primera mano “lo difícil que es para los jóvenes conseguir la emancipación completa con las subidas de precios”.

Daniel tiene 27 años y actualmente se dedica a la hostelería. Vive en un piso de alquiler y por eso no dudó en solicitar el Bono Alquiler Joven para intentar aliviar su economía y tener más soltura a final de mes, aunque -confiesa-no tenía demasiadas esperanzas porque sabía que el volumen de solicitudes era muy alto. “La verdad es que no me lo esperaba. Sabía que se habían presentado muchas solicitudes”, apunta.

Ayer recibió la llamada de una amiga que, como él, también había solicitado la concesión de la ayuda. El listado de las solicitudes admitidas se había publicado en el BOCyL y allí figuraba su nombre. Por desgracia, el de su amiga -que lo había solicitado varios días después- se había quedado fuera. “Ha sido una grata sorpresa y creo que me va a ayudar bastante para afrontar el pago del alquiler de estos meses y, posiblemente, también el del año que viene”, reconoce.

La rapidez a la hora de solicitar las ayudas ha sido clave porque la diferencia de fechas entre los que han sido admitidos y los que han sido descartados tampoco es tan amplia.

Daniel habla del encarecimiento de los precios y de lo mucho que se nota cuando un joven que vive solo tiene que afrontar el pago de la vivienda. “Estoy contento por eso, porque con la subida de los precios y la inflación, la cesta de la compra y el gasto en general están muy caros y cuesta mucho hacerle frente. Sobre todo para los jóvenes, creo que se ha vuelto muy difícil, por no decir casi imposible, emanciparse de una forma completa”.

La concesión del Bono Alquiler Joven es una noticia doblemente buena para Daniel, que ya tenía planeado cambiar a un piso con más ventajas para él a partir de mayo. “Dentro de lo que cabe yo tenía un alquiler barato. Mi cuantía no era la máxima en comparación con los que pagan 300 euros, por ejemplo, pero en mayo quiero cambiar de vivienda y tengo entendido que si cambias a un piso más caro también te suben la cuantía de la ayuda, pero tengo que informarme bien de dónde hay que cambiar el contrato, los datos de domicilio y todos esos procesos”, concluye.

“Lo iba a emplear en formación”

La otra cara de la moneda. Mateo Duarte recibió en la tarde de ayer un SMS con un código para comprobar si estaba entre los afortunados que habían recibido la ayuda al alquiler para personas jóvenes. “No tenía mucha esperanza, porque cuando la solicité no sabía que se iba a conceder por orden de llegada y al fina la pedí en noviembre. Creía que habría dinero para todas las solicitudes, pero...”. Tal y como se temía, no figuraba entre los poco más de 800 jóvenes afincados en Salamanca que van a recibir la ayuda, aunque recalca que “cumplía todos los requisitos”.

Mateo asume que la no concesión implica “seguir igual de apretado que antes” y explica lo que supone para un joven como él (26 años) tener una ayuda de 250 euros al mes. “Si me la hubieran dado podría haber hecho otros planes. Tengo un alquiler de 280 euros, lo que significa que apenas habría tenido que poner otros 30 euros más a la ayuda. Con lo que me ahorro tenía pensado haber invertido en formación, aunque también podría haberlo empleado en viajar”, detalla con el chasco aún sin digerir.

Procedente de Brasil, lleva 12 años en España en los que ha cursado sus estudios, y dos en Salamanca, donde actualmente está trabajando. Conoce la situación y apunta que “se dice que para los jóvenes es imposible comprar una vivienda, pero yo incluso diría que es también es imposible alquilar un piso en el que no haya que compartirlo con otras personas”.

Le queda la esperanza de que en próximos años se lancen nuevas convocatorias en la que promete estar más rápido para solicitar la ayuda, pero también confía en que la dotación económica sea superior y pueda llegar a un mayor porcentaje de jóvenes.

Dentro del listado de las personas beneficiadas del Bono Alquiler Joven tampoco está el de Eva, una joven de 25 años que vive en Salamanca desde que comenzó la carrera en la Universidad y que lleva trabajando en la ciudad desde 2020. En este tiempo ha sido testigo del incremento del precio del alquiler y, a pesar de compartir piso con otras chicas estudiantes y trabajadoras, destina cerca del 30% de su sueldo actual a pagar el arriendo de su habitación, que asciende a 280 euros más gastos. “Tenía la esperanza de recibirlo y que, al menos, me desahogara un poco económicamente para poder dedicar un poco más de dinero a ocio y cultura, que parece que últimamente esto es un lujo”, confiesa.

Algo que molesta especialmente a Eva es la gran expectativa que se creó alrededor de esta ayuda para después no llegar a mucha gente que cumplía con lo exigido para beneficiarse de ella: “Empezaron en enero del año pasado a anunciarla como si fuera a ser la solución a la dificultad para emanciparnos que tenemos los jóvenes, abrieron un plazo amplio desde la Junta para que supuestamente pudiéramos tener todos la oportunidad de solicitarla, cumplimos con todos los requisitos y, al final, solo ha alcanzado a una minoría”.

El orden cronológico por el que se han procesado las solicitudes ha sido lo que, al igual que en el caso de Mateo, ha hecho que también se quedara fuera la suya. “Es injusto que, pudiendo cobrar yo menos que otra gente a la que se la han concedido, no haya podido optar a ella”, se lamenta.

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