Lágrimas y emoción contenida en la Catedral Nueva: la lluvia frustra la salida de Nuestra Señora de la Soledad
Antes que ella, también se han visto obligadas a suspender sus recorridos las que, a lo largo de la jornada, iban a partir de la Capilla de la Vera Cruz, de San Julián, de San Pablo y del Carmen de Abajo
La emoción y el fervor se han transformado en tristeza en la medianoche de este Viernes Santo. La Hermandad de Nuestra Señora de la Soledad, una de las más esperadas de la Pasión Salmantina, no ha podido realizar su salida procesional desde la Puerta del Obispo de la Catedral Nueva debido a la lluvia, sumándose así a la lista de cofradías afectadas por el mal tiempo en esta Semana Santa. Antes que ella, también se han visto obligadas a suspender sus recorridos las que, a lo largo de la jornada, iban a partir de la Capilla de la Vera Cruz, de San Julián, de San Pablo y del Carmen de Abajo.
Cientos de fieles y turistas, que desafiaban a la amenaza meteorológica, aguardaban con paciencia y devoción en los alrededores de la Catedral Nueva, pero pasadas las 0:00 horas, la Hermandad confirmaba la dolorosa decisión: la procesión no saldría. Lágrimas y emoción contenida marcaban el rostro de los cofrades, conscientes del esfuerzo y de la ilusión que se había depositado en esta noche.
La suspensión dejaba un sabor especialmente amargo por varios motivos. Este año, iba a suponer el estreno de Javier Hernández como Hermano Mayor, que tomaba el relevo de Miguel Hernández tras 42 años al frente de la Hermandad. La lluvia aplazaba ese simbólico primer paso al frente, que tendrá que esperar, con esperanza, al próximo año. No obstante, para no dejar indiferente a la gente que estaba esperando en los aledaños de la Catedral Nueva, la talla ha procesionado hasta justo la Puerta del Obispo.
Además, la procesión de este 2025 tenía previstos detalles de especial significado: los hermanos de fila iban a portar nuevos cirios, con 40 de ellos marcados con un taco negro en memoria de los 40 hermanos fundadores. También se esperaba el emotivo momento en el que uno de los hermanos procesionaría por la Rúa Mayor con la antigua túnica de la Soledad, presentada el pasado 10 de marzo en la Capilla de Santa Catalina de la Catedral Vieja.
Un año más, el cielo ha querido escribir su propia historia en la Semana Santa salmantina. Y, aunque la imagen de Nuestra Señora de la Soledad no ha podido recorrer las calles, el fervor y la devoción han permanecido intactos. La espera comienza desde hoy: 365 días para, si el tiempo lo permite, volver a ver a Nuestra Señora de la Soledad procesionar por Salamanca como siempre.
