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Nació en Zamora y ejerce de zamorana y de mujer que sabe de los problemas del mundo rural y de la despoblación. El 12 de julio, un día después de la «espantada» de Vox en el Gobierno de coalición, Alfonso Fernández Mañueco zanjó la crisis y dio el nombre de Leticia García como sustituta del polémico consejero Industria, Comercio y Empleo, Mariano Veganzones. En el mundo político sonó a desconocida, aunque es funcionaria de carrera, fue jefa del servicio territorial de Industria y había sido procuradora. Leticia García tiene fama de ser una mujer muy trabajadora, querida por sus paisanos, que sigue viviendo en Zamora y que, siempre que puede, sigue llevando a su hijo pequeño a madrugadores antes de emprender una maratoniana jornada laboral en Valladolid o en cualquier otro punto de la Comunidad.
Su nombramiento como consejera fue una sorpresa por lo rápido que el presidente resolvió la crisis de la salida de Vox del Gobierno, ¿también le sorprendió a usted?
—Sí, sí. Bueno, para mí también fue una sorpresa, no me lo esperaba cuando el presidente me lo pidió, aunque fue una sorpresa agradable porque siempre lo es cuando cuentan contigo para altas responsabilidades. He estado muy vinculada a la Junta. Soy funcionaria del Cuerpo Superior de la administración, estuve en la jefatura del servicio territorial de Industria doce años, luego he sido delegada territorial, aunque es verdad que he estado más vinculada al ámbito local.
Llega con unos presupuestos ya hecho, incluso gastados y con más de la mitad de la legislatura agotada.
—Bueno, en esta Consejería hay una competencia importantísima: el empleo, que es donde empieza y acaba todo porque al final todas las competencias de todas las consejerías acaban en el empleo, hasta las consejerías de carácter más social siempre tienen una parte que es el empleo.
Los últimos datos de empleo no son buenos. Ha aumentado el paro en Castilla y León y la tasa en Salamanca está por encima del 13 %, ¿qué puede hacer desde su Consejería para luchar contra el desempleo?
—Sí, pero si se analizan las cifras interanuales, el desempleo baja en todas las provincias y sectores, la mayor parte por encima de la media para el conjunto de las autonomías, aunque siempre hay que estar preocupados. Pero es verdad que las administraciones efectivamente no crean empleo, son las empresas, pero sí deben crear las condiciones para que los empresarios puedan crear empleo y eso es lo que hacemos en esta Consejería y en el resto de la Junta de Castilla y León. En lo que hay que trabajar es en la cualificación, en la formación de los trabajadores, de los desempleados porque tiene que haber una conexión directa entre la formación y el trabajo que se hace con los desempleados y con las empresas.
¿Cómo es posible que con las tasas de desempleo que hay, falte mano de obra para determinadas profesiones como son todas las que tienen que ver con la hostelería o la construcción, por ejemplo?
—Es que justamente es donde tenemos que incidir con las políticas de empleo activo y de formación. De hecho, los programas mixtos de empleo, por ejemplo, que se hacen también en colaboración con las entidades locales, lo que buscan es precisamente esos ámbitos más difíciles como la hostelería, que es algo muy demandado y tenemos que trabajarlo directamente con las empresas en el ámbito de la hostelería, pero también en otros sectores industriales, cualificando a los trabajadores para que en los puestos de trabajo se desarrolle también la formación en las propias empresas. Creo que la formación, más allá de los cursos en sí mismos, debe centrarse en el ámbito empresarial concreto. Es decir, que tanto los trabajadores desempleados como los trabajadores ocupados mejoren su cualificación, pero dentro de las propias empresas para que se formen directamente en el trabajo que van a desarrollar, porque la mejor forma de garantizarles una cualificación es que ellos se formen y que las empresas puedan disponer de sus trabajadores cualificados. A la vez que también mejoramos la cultura de la formación y animamos a los que buscan empleo a que trabajen en esos sectores que a veces tienen dificultades.
Los empresarios, fundamentalmente los pequeños y los autónomos, se quejan del incremento de los costes laborales y de la inestabilidad jurídica y normativa.
—Pues sí, la verdad es que las empresas se enfrentan a unas incertidumbres desde el ámbito laboral y sobre todo y fundamentalmente por el Gobierno de España. Cada día nos enfrentamos a un globo sonda o una polémica porque ni siquiera están de acuerdo en el propio seno del Gobierno de España y eso perjudica al tejido empresarial. Pero es que eso además incide más en el ámbito de los pequeños empresarios, de las pymes, de los autónomos que tienen que asumir unos costes muy fuertes. La Junta lleva años apostando por apoyarles en las cotizaciones a la Seguridad Social. Por ejemplo, con la tarifa cero que llegamos a cubrir 18 meses de cotizaciones a la Seguridad Social. Este año 2024 hemos ampliado. Además, se lleva al ámbito rural, que para la Junta es muy importante y se llega hasta 30 meses de apoyo cuando la actividad del empresario, del autónomo, se desarrolla en el mundo rural. Esta pasada semana se ha reunido la mesa del autónomo que no se reunía desde junio de 2022 y vamos a trabajar en un segundo acuerdo de fomento del trabajo autónomo porque creemos que hay que apoyarles. Tienen muchas incertidumbres, muchas inseguridades y tienen una presión fiscal brutal por parte del Gobierno de España. Mientras que en esta Comunidad el presidente Alfonso Fernández Mañueco ha ido bajando los impuestos progresivamente, las empresas se someten a una presión fiscal cada día más elevada. Hemos sabido estos días que se plantea por una parte del Gobierno subir las cotizaciones a los autónomos, la cuota de solidaridad y es que toda la política estatal se basa en subir los impuestos a las empresas y especialmente a las que mayores dificultades sufren: los pequeños y los autónomos.
Los empresarios también se quejan del escaso control del subsidio del paro. Muchos parados prefieren rechazar un puesto de trabajo y seguir percibiendo una prestación social.
—En nuestros programas y en las políticas activas de empleo de la Junta, sí que se lleva control y se tienen en cuenta todas estas cuestiones por parte de los trabajadores. De hecho, en nuestra Comunidad siempre se ha diferenciado en cuanto a la garantía. Por ejemplo, con la renta garantizada de ciudadanía siempre se somete a la necesidad y a la obligación de buscar empleo, mientras que en el ingreso mínimo vital del Estado, por ejemplo, no ha sido así. Creo que en esta Comunidad se ha hecho un esfuerzo por ayudar a los trabajadores desempleados, pero de forma seria para que busquen trabajo porque evidentemente la finalidad última de nuestras políticas activas de empleo tiene que ser la inserción laboral. Ese es el objetivo y no el estar prestando la asistencia exclusivamente, aunque también sea necesario prestarla.
En Salamanca se forma a jóvenes que muchos se van después del periodo de formación. Usted dijo en su comparecencia en las Cortes que había que conseguir que los jóvenes estén orgullosos de trabajar en su tierra, ¿cómo piensa hacer para retenerlos y que les resulte atractivo trabajar aquí?
—Efectivamente, Salamanca es, desde luego, un ejemplo de lo que tiene que ser la atracción del talento y de retener a nuestros jóvenes. Es, desde luego, una provincia en la que trabajar especialmente en esa idea. Hay muchos ámbitos de trabajo junto a esa estrategia de retención del talento. Creo que el emprendimiento personal, el autoempleo, el fijarte una carrera profesional propia puede ser un ámbito muy interesante para nuestros jóvenes y tenemos que incentivar con medidas el sector de los autónomos. Por ejemplo, fomentar el relevo generacional para los jóvenes que puedan continuar en negocios que están en marcha y que les suponga una garantía el atractivo de nuestra Comunidad autónoma en general. Tenemos muchos puntos de oportunidades que tenemos que intentar aprovechar.
Ha manifestado su intención de trabajar más de la mano de las universidades. ¿En qué sentido tiene que ir esa colaboración?
—Pues hay muchísimos ámbitos de colaboración. Si nos fijamos en Salamanca específicamente, por ejemplo, el programa territorial de fomento de Béjar, tiene un ámbito muy importante de colaboración con la universidad de Salamanca en todo el terreno industrial, empresarial y de formación. Llevamos a cabo acciones puntuales con distintas universidades, también con la de Burgos desde su punto de vista tecnológico. Yo creo que sobre todo desde el ámbito de las nuevas tecnologías y de centros de innovación. Vamos a trabajar con la Universidad siempre que podamos para desarrollar cualquier tipo de proyecto, fundamentalmente, en este ámbito tecnológico.
Su antecesor, Mariano Veganzones, tuvo actuaciones muy cuestionadas, como romper el diálogo social con empresarios y sindicatos que usted ya ha retomado.
—Bueno, me gusta decir que el diálogo social en Castilla y León no ha estado interrumpido en ningún momento. El Gobierno autonómico ha seguido trabajando. De hecho, el pasado día 27, cuando se firmaron los nuevos acuerdos del diálogo social, no fueron fruto de mi trabajo, sino del trabajo anterior. Quizás sí se produce un cambio de talante en la figura del responsable o de la responsable, en este caso, de la Consejería y tanto a los agentes sociales como a los económicos, lo que les hemos ofrecido es trabajo conjunto.
La despoblación de provincias como Salamanca y el cambio de gustos de los consumidores, especialmente después de la pandemia, ha obligado a cerrar muchos pequeños comercios. ¿Cómo va a fomentar el comercio de proximidad para que no esté abocado al cierre?
—Contamos con un sector comercial tradicionalmente bollante, puntero y que requiere también de un apoyo precisamente por ese cambio del consumo fundamentalmente por el cambio de los gustos de la población. Recientemente hemos aprobado el informe de la nueva estrategia de comercio de proximidad que hace sobre todo incidencia en el mundo rural, pero que también contempla medidas para los cascos históricos de ciudades como Salamanca, por ejemplo, porque también es importante el comercio de proximidad en los centros para que se mantengan vivos. El comercio, en provincias como Salamanca, pero en general en toda la Comunidad autónoma, tiene una función de abastecimiento, pero también cumple una función social muy importante.
¿Alguna iniciativa concreta para fomentar las compras en este tipo de establecimientos?
—Sí, hay medidas para la difusión, que son importantísimas para el cambio en la cultura y también hay incentivos económicos, apoyo específico para el desarrollo tecnológico de los propios comercios, porque tampoco se pueden quedar atrás en la implantación del comercio electrónico. Son 61 ejes a desarrollar que estamos en este momento trabajándolos. Y lo importante es que lo estamos haciendo también desde el diálogo porque están las propias asociaciones y está el comercio representado en esta estrategia. Y queremos escucharles y que sean ellos también la concreten.
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