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Viernes, 19 de marzo 2021, 18:10
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La eutanasia ha dejado de ser una controversia moral y política para convertirse en ley. En el colectivo médico, posiciones a favor y en contra, pero todas muestran su “respeto” a la práctica de la ley.
Entre los partidarios se encuentra Fernando Sanz, médico de Atención Primaria de Salamanca y portavoz en la provincia del colectivo ‘Derecho a morir dignamente’. A su juicio, el día de ayer fue “importante” para toda la ciudadanía tras el reconocimiento del “derecho a la eutanasia”. El facultativo salmantino ya piensa en los siguientes pasos para la puesta en marcha de la ley: “La tarea ahora es poner a disposición de las personas que la necesiten una nueva prestación sanitaria: la ayuda a morir. En un país con cobertura sanitaria universal, como es nuestro caso, es imprescindible que sea el sistema sanitario público el que se haga cargo de esa prestación”. Por ello apremian a la Junta a que “sepa estar a la altura y cumplir con el mandato del Parlamento por encima de las resistencias de quienes pretendan imponer posiciones personales contrarias a lo que ahora ya es un derecho. No hay tiempo que perder: dentro de tres meses nuestra comunidad deberá estar en disposición de ayudar a morir a quien lo solicite y cumpla con los criterios y mecanismos de garantía que establece la ley que hoy se ha aprobado.”.
Por su parte, el jefe de Paliativos del Hospital, Francisco Vara, mostró su “respeto” por la ley aunque reconoció que era una “mala noticia” para los que “trabajan todos los días para que los enfermos tengan una calidad de vida hasta el final”. En este contexto, señala que se ha puesto en el mismo nivel conceptual los cuidados paliativos y la eutanasia cuando son asuntos completamente diferentes. “Independientemente de que esté aprobada hay que potenciar como derecho fundamental unos cuidados paliativos dignos. Para que la gente pueda decidir con toda la autonomía y libertad que reconoce la ley es necesario que cuente con toda la alternativa necesaria de paliativos a su mano y ahora mismo no hay los suficientes ni las prestaciones de la ley de dependencia lo solucionan”, señala el médico salmantino que plantea algunas dudas sobre la norma que entrará en vigor en tres meses: “Es una norma en la que hay un alto grado de subjetividad. Como valoras qué es un grado de sufrimiento extremo. No hay nada que valore ese nivel de sufrimiento como si fuera un termómetro.¿Cómo manejamos todos esos elementos subjetivos?”, señala. Vara lamenta que para la aprobación de la norma no se haya consultado con las sociedades científicas y se haya ido al “simplismo conceptual”. “¿Quién va a decir que está a favor de que la gente sufra?”. Por ello espera “luchar” para ayudar a los pacientes a que “sufran lo menos posible” y no necesiten requerir “la ayuda a morir”.
El vicario de Pastoral, Policarpo Díaz, recibía la noticia con “tristeza” y “sufrimiento”. “Aprobar una ley que en principio va contra la vida, la medicina y lo más triste va contra lo verdaderamente importante que son los cuidados paliativos”. “Para nosotros lo importante es honrar, cuidar y dignificar la vida. Y la eutanasia lo que hace es quitarse la vida del medio. Si la persona enferma en el umbral de su muerte, descubre que es cuidado, es querido, atendido, el Estado invierte en él, su familia es desahogada en el cuidado y la atención no significa un enorme sobreeesfuerzo seguro que no pide morir. Ojalá ya que se ha aprobado se invirtiera en unos cuidados paliativos, modernos e intensos”.
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