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La ofrenda a Unamuno se convierte en un emocionante homenaje a las víctimas del coronavirus

Se recordaron textos del viejo rector relacionados con la gripe española de primeros del siglo XX

Jueves, 31 de diciembre 2020, 16:21

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Hacía frío y chispeaba en la tradicional ofrenda floral a Unamuno de este fin de año con motivo del 84 aniversario de su fallecimiento. Sin embargo, el acto se convirtió en un cálido homenaje a todas las víctimas del coronavirus y a todos aquellos que han trabajado para luchar contra la pandemia.

El catedrático de la Universidad de Salamanca, Román Álvarez, fue el encargado de presentar el acto, de cuya organización se encarga por séptimo año consecutivo la Asociación de Amigos de Unamuno. Y ha sido precisamente en esta edición, cuando el Ayuntamiento ha querido agradecer este trabajo, de tal forma que la ofrenda al viejo rector la protagonizaron el alcalde de Salamanca, Carlos García Carbayo, y el presidente de la asociación, Francisco Blanco Prieto.

Hubo palabras de reconocimiento para los sanitarios, para las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, para los bomberos, los militares, los transportistas, los comerciantes, los agricultores, los ganaderos, las ONG... y se encendió una vela simbólica en los féretros de las personas que han muerto en soledad por culpa de la pandemia.

El acto, que contó con la presencia de autoridades civiles y militares, así como representantes de la Universidad de Salamanca, estuvo amenizado por la Banda Municial de Música de Salamanca que acompañó a la soprano Inés Redondo y al grupo Godaiva, que interpretó el tema “Sé que estás conmigo”, compuesto durante la pandemia.

Socios de la Asociación Amigos de Unamuno leyeron texto del literato absolutamente actuales, puesto que en ellos hablaba de la mal llamada gripe española que azotaba el país a principios del siglo XX. El insigne filósofo reivindicaba que fuera un español quien encontrara la cura al virus y sobre todo pedía la unión de todos para superar lo que él prefería denominar como la peste.

Las calles de las Úrsulas y Bordadores estuvieron cerradas al paso durante una hora, dado que el acto, con la intención de evitar las aglomeraciones de otros años, tuvo un aforo limitado y se desarrolló con todas las medidas de seguridad.

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