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Belén Hernández
Salamanca
Domingo, 11 de mayo 2025, 17:32
El número de viviendas y apartamentos turísticos registrados oficialmente en la capital ha caído en picado en el último medio año, teniendo en cuenta los datos del Registro de la Junta de Castilla y León. El listado ha pasado de 625 alojamientos en noviembre de 2024 a 457 en la actualidad, lo que supone un descenso del 26 %. De ellos, 376 son viviendas de uso turístico y 81, apartamentos turísticos. Esta disminución coincide con la puesta en marcha del control efectivo por parte del Ayuntamiento de Salamanca y la aprobación de una nueva ordenanza que regula la actividad. Las medidas buscan ordenar el auge de los pisos turísticos y regular un fenómeno creciente que, por otro lado, también genera preocupación entre vecinos y sectores vinculados a la vivienda. No hay que confundir este dato con el que ofrece la encuesta de ocupación extrahotelera del INE, en la que contabiliza en toda la provincia 672 apartamentos, casi un 45 % más que un año atrás.
Desde que entró en vigor el marco normativo de la capital, el Consistorio ha tramitado expedientes relacionados con 801 alojamientos turísticos. De ellos, 129 individuales han recibido el visto bueno, afectando a 168 unidades, y otros 20 de edificios exclusivos han sido aprobados, sumando en total 130 alojamientos. Por contra, 175 expedientes (239 unidades) han sido denegados, y 7 más (55 unidades) han sido rechazados en edificios completos. En la actualidad, hay 101 aún en tramitación, que afectan a 143 alojamientos individuales. De ellos, 9 procedimientos son de edificios exclusivos que suman 66 apartamentos. En este apartado se incluyen procedimientos con dos situaciones distintas: una treintena de expedientes está pendiente de informes técnicos, mientras que el resto espera a que los titulares aporten la documentación o a que finalicen los plazos de notificación a los vecinos. Si no se cumplen los requisitos, el expediente se archiva automáticamente.
La gran mayoría de los alojamientos revisados hasta ahora estaban ya en funcionamiento cuando se aprobó la nueva normativa. Muchos propietarios han intentado por lo tanto adaptarse a las exigencias, fundamentalmente al Plan General de Ordenación Urbana: los pisos turísticos deben estar situados en plantas bajas o primeras plantas, salvo excepciones justificadas.
El Ayuntamiento ha acompañado este proceso de regulación con inspecciones llevadas a cabo por la Policía Local. Solo en los últimos 15 días se han realizado 34 visitas, manteniendo el ritmo de control establecido desde principios de año. Estas inspecciones no solo buscan verificar la legalidad, también responder a las constantes quejas vecinales por ruidos, molestias y comportamientos incívicos de algunos de los clientes de estos alojamientos.
Aquellos que no cumplen o ignoran los requerimientos municipales son dados de baja automáticamente. Con este giro de timón, el equipo de Gobierno local ha puesto orden en un sector que cada vez tiene más demanda entre los visitantes, aunque hasta el año pasado no se había gestionado con la coordinación de la Junta de Castilla y León, Administración que gestiona el Registro de la Comunidad que permite a los negocios anunciarse en las plataformas de comercialización cumpliendo los decretos aprobados en la Región, y el Ayuntamiento, que hasta el año pasado no contaba con una ordenanza específica.
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