Feministas y religiosas se dan cita en Salamanca

Jesús vino a crear una comunidad de iguales. En su camino fue seguido por hombres y mujeres sin distinción e incluso, una mujer, María Magdalena fue la primera testigo de la Resurrección. Entonces, ¿por qué la Iglesia prohíbe el acceso a la mujer a puestos de poder y limitar su participación a espacios secundarios?», reclamaron este domingo a las puertas de la Catedral las integrantes del movimiento Revuelta de Mujeres en la Iglesia, una organización que reivindica el papel de la mujer dentro de la institución eclesiástica.

Bajo los lemas «Hasta que la igualdad sea costumbre» y «Alzar la voz» los integrantes del movimiento, que surgió en Cataluña en 2020 y que cuenta con 45 núcleos a nivel nacional, aprovecharon la cercanía con el 8M para pedir que la Iglesia Católica permita el acceso a puestos de mayor poder y responsabilidad a sus miembros. «Las mujeres somos mayoría aplastante en el voluntariado, las celebraciones religiosas y los movimientos eclesiales. Somos las manos y el corazón de la Iglesia, pero se nos niega tener voz y voto», destacó Marisol Rodero una de las integrantes del movimiento, quien además aprovechó para preguntarse: «¿Qué sería de la Iglesia si dejáramos de hacer todos estos trabajos porque estamos cansadas de ser invisibles?».

Así, desde el movimiento Revuelta creen que es hora de que la Iglesia avance de manera firme hacia la igualdad. Por ello, reclaman que se les permita participar de manera activa en la toma de decisiones, acceder a los mismos cargos que los hombres y que se les reconozca sus aportaciones que, denuncian, se han invisibilizado históricamente.

«Somos creyentes y feministas y esto no es una contradicción. Al contrario, Jesús vino con un mensaje igualitario. Fue la iglesia la que distorsionó esta visión», explica la portavoz del grupo Mamen Rivas.

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