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La Gaceta
Domingo, 11 de febrero 2024
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El pintor Ramiro Tapia ha fallecido este domingo a los 93 años de edad en el hospital de la Santísima Trinidad de Salamanca. El funeral tendrá lugar este lunes a las 16:00 horas en la Iglesia de Santa María del Monte Carmelo y sus restos mortales recibirán sepultura en Ledesma.
La obra de Tapia se ha mostrado en numerosas exposiciones, tanto en galerías de arte como en otras instituciones; entre ellas destacamos las del Museo de Arte Contemporáneo de Madrid (1978), la Biblioteca Nacional (1979) o la Exposición Universal de 1992 en Sevilla. En el año 2020, el Domus Artium 2002 (DA2) de Salamanca −donde ha vivido gran parte de su vida− le ha dedicado una retrospectiva.
Inció sus estudios de arquitectura en 1959 y simultáneamente tomó clases de dibujo en la academia del arquitecto Enrique López-Izquierdo. Pronto se involucra en el círculo de vanguardia de Madrid, participando en exposiciones colectivas y asistiendo al Círculo de Bellas Artes. En 1952, decide abandonar definitivamente la carrera de arquitectura para dedicarse por completo al arte.
El artista se trasladó a la capital charra en 1961 e instaló su taller en una antigua casa de campo familiar donde desarrolló una etapa de depuración formal a la que pertenece el cuadro 'Códice en oro' con la que obtuvo el Segundo Premio de Pintura Moderna en La Bienal Internacional de Bayona.
Durante esa misma década, desempeñó el papel de director artístico en varias empresas, destacando su colaboración con Gastón y Daniela, una firma impulsora de la creación joven en esa época, generando diseños de gran modernidad. Además, se destaca por la creación de murales, como el realizado para los Cines Capitol de Bilbao, el cual tenía una superficie de setenta metros cuadrados y lamentablemente ha sido destruido.
En la década de los setenta, Ramiro Tapia empieza a explorar el tema de la simetría, una reflexión que da origen a una serie de obras donde combina arquitecturas y vegetación de manera extraordinaria. Este período marca el inicio de una de sus etapas más significativas, caracterizada por las series «Arquitecturas imposibles» y «Botánicas fantásticas».
En las siguientes décadas anteriores al 2000 se observa un cambio significativo en su pintura afectando tanto a su forma como a su contenido. En los 80, estrena la serie «Hekatombe», en la cual el fuego y la explosión se presentan como una premonición apocalíptica que toma forma en seres dantescos y faunas mutantes, que seguirá desarrollando en los 90 con ogros, «perros llameantes» o «personajes verdes».
El nuevo siglo da comienzo con su obra «Laberintos de Interior» en la que innova con temáticas oníricas y símbolos del inconsciente que le conducen a una visión plástica diferente en el planteamiento y la ejecución.
Desde entonces, continúa exhibiendo su obra, explorando nuevas etapas y colaborando en proyectos multidisciplinarios, algo que quedó expuesto en 2013 en la Galería Artis de Salamanca, titulada «Lo Imaginario», en las que se observa un cambio hacia una nueva etapa llamada «Figuraciones Emblemáticas», que incluía combinaciones arbitrarias de elementos figurativos. En 2019, realizó el cartel de Ferias y Fiestas de Salamanca.
En definitiva, referirse a Ramiro Tapia significa hablar no solo de veteranía, conocimiento y magisterio creativos, sino también de originalidad, frescura, contemporaneidad, personalidad y atrevimiento. Y es que su pintura es, por encima de todo, vivencia, entrega, ingenio y libertad. Nunca ha seguido las modas ni se ha doblegado al mercado. Y ha sido ese espíritu libre el que le ha llevado a vivir tantos años en la cima, de la que no se apeó después de más de seis décadas de actividad creativa hasta su muerte este lunes. Descanse en paz.
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