El pianista salmantino que ‘conquista’ Nueva York

Fue el primero de su familia en tocar un instrumento, aunque la música estaba presente en su casa y dedicarse a ella fue algo natural. “Tuve la suerte de que había un piano en casa. Empezó siendo como un juguete y luego se convirtió en parte de mí”, recuerda.

Fernández-Nieto, que de nuevo se encuentra instalado en Madrid, vive a caballo entre España y Nueva York. “Después de tantos años fuera”, explica a LA GACETA, “necesitaba empezar a pasar algo más de tiempo en mi país y estoy muy contento de poder volver a mi cultura y sus tradiciones. Llevo un tiempo sin ir por Salamanca, aunque todavía tengo familia por allí, así que procuro visitarles cuando tengo la agenda algo más libre”.

De Salamanca, no olvida sus estudios en el Conservatorio Superior: “Pasé cuatro años muy importantes. Al haber entrado algo más joven de lo habitual, también me sirvió como una formación personal muy importante. Guardo buenos amigos y recuerdos de entonces. Y poder haber pasado cuatro años en Salamanca siempre es un lujo”, dice el pianista que “descansará” en julio para retomar viajes y conciertos entre Europa y Sudamérica de agosto a noviembre.

“Todos mis profesores me han aportado algo valioso”, asegura Fernández-Nieto, que debutó a los 16 años con orquesta dentro de la temporada regular de la Orquesta Ciudad de Granada en 2003. “Había tocado en recitales desde bastante antes, pero en este caso fue con una gran orquesta española y ante un auditorio Manuel de Falla lleno hasta la bandera, así que fue una experiencia magnífica”, recuerda el pianista.

Y su salto al panorama internacional se produjo con una sustitución de ultimísimo momento. “Estaba haciendo la mudanza en Nueva York para cambiarme de piso y justo después de terminar iba a venir a pasar unos días a España. Pero recibí una llamada para tocar en Carnegie Hall con orquesta la semana siguiente y era un concierto que no había interpretado nunca, así que tuve que cambiar mi vuelo, hacer la mudanza como pude y estudiar todo lo que daba de sí el día para poder llegar al concierto bien preparado”, rememora Juan Carlos Fernández-Nieto.

El trabajo lo es todo para el pianista. “El talento es una parte importante de un artista”, explica, “pero es el trabajo lo que desarrolla ese talento. Siempre busco una vuelta de tuerca más allá de lo convencional y supongo que ese ‘perfeccionismo’ hace que la calidad del trabajo, al final, sea lo importante. Además, he estado siempre rodeado de grandes músicos, por lo que he podido aprender mucho de todos ellos. A veces es más importante escuchar que encerrarse a estudiar y eso implica estar atento a todo lo que ocurre a tu alrededor”.

En los conciertos, que “requieren mucha energía física y emocional”, siempre escucha las reacciones del público. Para encararlos estudia todos los días para seguir en forma aunque no tenga actuaciones inmediatas. Y llegado el momento, camina con paso firme hasta el piano. Juan Carlos Fernández-Nieto ya tiene agenda para principios de 2020, cuando estará en San Sebastián con Beethoven antes de volver a EEUU.