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El patio del Casino, de planta trapezoidal, se cubre con una vidriera translúcida y es el epicentro de las actividades culturales. FOTOS: ALMEIDA
El palacio salmantino donde actuó Julio Iglesias

El palacio salmantino donde actuó Julio Iglesias

El Casino de Salamanca, edificio del siglo XVI atribuido a Rodrigo Gil de Hontañón, cuenta con una programación cultural gratuita para los salmantinos

Lunes, 7 de marzo 2022, 20:09

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El Casino de Salamanca, que tiene su sede en el Palacio de Figueroa del siglo XVI, cuenta con una programación cultural gratuita para los salmantinos, caso de la última semana dedicada a Santa Teresa de Jesús y la exposición que, en la planta alta, conmemora el centenario del nombramiento de la fundadora de conventos como Doctora Honoris Causa por la Universidad de Salamanca.

El edificio tiene tanta solera que de 1959 a 1975 desfilaron por sus dependencias artistas populares y de masas, como Mari Trini, Julio Iglesias, Massiel, Peret y Los Pequeniques.

El Casino se estableció en el Palacio de Figueroa en 1880, mediante un contrato de arrendamiento con Leopoldo Maldonado, conde de Aldana. La portada del edificio en el acceso por la calle Zamora es una de las más características del siglo XVI, como señala Julián Álvarez Villar en “Patios y Claustros salmantinos”, libro publicado por LA GACETA.

Es de los pocos edificios que, con entrada también por Concejo, ofrece dos fachadas en dos calles paralelas. Ambas se asemejan, pero se aprecia el deseo de destacar la de la calle Zamora. La ventana, que hoy es balcón, se adorna con una trilogía ornamental y de significado religioso en la figura del Padre Eterno. A Álvarez Villar le llamaron la atención los escudos borrados, pero de una manera extraña: en la fachada de Concejo se llevó a cabo el deseo de hacerlos inidentificables, pero no se consiguió del todo porque se perciben cinco hojas de higuera.

El edificio actual es resultado de reformas que incluyeron una nueva planta y el alargamiento de las fachadas hacia el norte. Una de las reformas, explica Álvarez Villar, afectó al patio, que dejó de ser de carruajes de casa señorial al aumentar su extensión. Y pasó a tener planta trapezoidal.

Núcleo central del edificio, aglutina las actividades sociales, culturales y musicales, permitiendo en el perímetro de las galerías una fácil circulación y la formación de pequeños grupos para reuniones o tertulias. Ha sido cubierto con una vidriera plana que es traslúcida, salvo en la orla que la rodea y en el escudo de la ciudad situado en el centro, que produce un efecto muy acertado de luz tamizada. En horas nocturnas, “con los focos que penden de la claraboya, se consigue un ambiente amplio no solo para cenas o bailes, sino también para conferencias y conciertos”, escribió el recordado catedrático en el libro editado por LA GACETA.

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