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La artista manchega interpretó con su guitarra 'La puerta violeta' junto a escolares de primero de primaria de un colegio salmantino. LAYA
El desgarrador momento con una niña que emocionó a Rozalén: «Volvamos a abrazar a mamá»

El desgarrador momento con una niña que emocionó a Rozalén: «Volvamos a abrazar a mamá»

La cantautora se 'desnudó' ante los salmantinos en el Paraninfo con motivo del 25N.

María Regadera

Salamanca

Viernes, 24 de noviembre 2023, 12:06

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La artista Rozalén fue la gran protagonista del primer acto del Centro de Investigación en Género de la Universidad de Salamanca con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer. Centenares de salmantinas y salmantinos abarrotaron la Universidad para escuchar a la cantautora interpretar uno de los 'himnos' más conocidos por las españolas en señal de denuncia a la violencia machista: 'La puerta violeta'.

«Yo nunca he sufrido maltrato físico, pero he tenido amores tóxicos. No te das cuenta y entras en un bucle de humillaciones que no entiendes. Es muy difícil después probar ciertas cosas porque no tienes un moratón», explicó la artista durante el coloquio que mantuvo con la directora del centro, Marta del Pozo. Hizo hincapié en la importancia de interpretar ciertas situaciones: «Las palabras y los hechos te matan mucho por dentro. La puerta violeta fue eso, mi forma de expresar una etapa muy chunga en mi vida. En ese momento, me ayudaron a llevar a cabo una regresión consciente. El proceso terapeútico me llevó a ciertas imágenes donde yo veía una pared, pintaba una puerta y cuando la cruzaba me encontraba con el paisaje del Pirineo Aragonés, un lugar que me da paz», reconoció.

Marta, la profesora de primero de primaria de un colegio salmantino, acudió al acto con sus alumnos de seis años. La docente explicó que están trabajando en clase la violencia de género a través de la canción de la artista desde que se enteró que este curso «serían una menos».

Su intervención conmovió a todo el Paraninfo: «Es difícil que todas las mañanas haya una mirada de dos ojos que te pregunte, sin decir una palabra. Es difícil contestar a una madre o abuela que te dice que esto no tiene nombre. Es difícil decirles a estos niños que hagan una puerta violeta, en especial a una, a la que le digo cada día, vamos a hacer una puerta violeta y volvamos a abrazar a mamá», confesó emocionada. Los asistentes estallaron en llanto.

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