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La ciudad ha vivido este año una celebración del Lunes de Aguas inédita, marcada por un apagón a nivel nacional que ha influido en la festividad. La ausencia de pantallas ha trasladado a los salmantinos a la esencia de esta fiesta tan charra, ya que esta edición ha presentado muchas más similitudes con aquellas que se celebraban hace décadas.
Las horas cercanas al mediodía en los principales accesos con el Parque de la Aldehuela han sido complicadas. El tráfico ha sido denso y las intersecciones se han vuelto más peligrosas debido a la ausencia de semáforos. El apagón ha obligado a los negocios de alimentación y supermercados situados en el Paseo del Rollo, San Antonio, Prosperidad y Camino de las Aguas a cerrar sus puertas incluso antes de las 13:00 horas y a retirar de las neveras los productos frescos. Además, todos aquellos salmantinos que tenían encargado su hornazo o pan y querían recogerlo al salir de trabajar, no han podido hacerlo. En el Paseo del Rollo, los vecinos hablaban entre ellos de la situación y desde la calle ofrecían ayuda a personas que estaban en los balcones.
El Parque de la Aldehuela se ha llenado al completo de familias y grupos de amigos. Carlos, Cristina, Quique, Noelia, Olga, Noelia y Javi, salmantinos y algún mirobrigense, se han sentido «muy desconectados» en este Lunes de Aguas. Celebran desde 2013 esta tradición en el mismo lugar. «Nos preocupaba mucho cómo nos íbamos a encontrar, ya que no teníamos móviles ni forma de contactar. Sin embargo hemos acabado en el mismo sitio de siempre», asegura uno de ellos a este medio.
Los salmantinos Manuel Sánchez, Sebastián Salinero, Tere Jiménez y Rufi Zeballos llevan toda la vida juntándose por el Lunes de Aguas. Han comido hornazo en La Aldehuela y, después, han compartido una partida de parchís en una mesita portátil. «Nos damos cuenta de lo mal que se está sin estar comunicados. Aún así, tampoco nos ha venido nada mal esta desconexión en este día en especial», asegura Jiménez.
El grupo de salmantinos «Todos sin paella» también ha disfrutado de una merienda conjunta en La Aldehuela con parejas e hijos. Sin embargo, el gran protagonista ha sido el perro «Yogui», la mascota de uno de ellos que les ha acompañado en esta ocasión.
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