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Captura del vídeo colgado por los sanitarios de la 7ª planta izda. del Clínico lanzando el mensaje “Quédate en casa”.
Cristina, enfermera en el Hospital de Salamanca: “No estamos preparados emocionalmente para esto”

Cristina, enfermera en el Hospital de Salamanca: “No estamos preparados emocionalmente para esto”

Es una de las enfermeras en la séptima planta izquierda, de enfermos de COVID-19, del Clínico, relata el duro e intenso trabajo de los profesionales en primera línea contra la pandemia

Viernes, 3 de abril 2020, 16:58

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Cristina es enfermera quirúrgica. Como muchos de los profesionales del Hospital de Salamanca, en esta crisis sanitaria han cambiado su labor habitual para atender y tratar a los enfermos que llegan con coronavirus. Ella forma parte del equipo que lucha contra la pandemia en la planta séptima izquierda del Clínico. “Es duro porque haces algo que no realizas habitualmente y porque no estamos preparados para esto emocionalmente”, confiesa al otro lado del teléfono.

Ella y sus compañeros ven como muchos pacientes con coronavirus mueren en soledad, en sus habitaciones. Algo que cambiará ahora con el plan de humanización. “La última persona que ven en su vida es a ti... Es muy duro. Es muy duro ver cómo fallecen abuelos, y que también hay enfermos más jóvenes”. Pero en el Clínico también hay motivos para la esperanza. “Cuando se fue de alta el primer paciente con coronavirus se nos saltaban las lágrimas. Es una alegría ver pacientes que están mejor y pasan a Los Montalvos para terminar de recuperarse. Te ayuda mucho ver la evolución a mejor de algunos enfermos”, subraya.

La sociedad sabe que en esta crisis los héroes son los que combaten en primera línea la pandemia. Lo corrobora Cristina: “Lo que mejor funciona en esta crisis son los recursos humanos. Echamos el resto y hacemos todo lo que podemos”. La enfermera también agradece toda la solidaridad e implicación de la sociedad para ayudar a los sanitarios. “Es una alegría ver que pacientes se pueden salvar de ir a la UVI con los respiradores que ha donado la Universidad”, reconoce.

“Transmitir unas palabras de aliento de un familiar o amigo a un paciente aislado, le hace sentir más vivo”

Los pacientes ingresados disponen de teléfono en la habitación para comunicarse a diario con sus familiares, si no están intubados. La radio, la lectura o los paseos por la habitación con las alargaderas del oxígeno alivian el aislamiento para los pacientes menos graves. Pero lo que más les calma es compartir una pequeña conversación o escuchar unas palabras de aliento de una enfermera, auxiliar, médico o celador cuando entran a la habitación a cumplir con su cometido con una sonrisa en la mirada, la única parte al descubierto tras una pantalla transparente. Aquí, Cristina decidió ir más allá. Quiso ejercer de intermediaria para poder transmitir palabras de cariño y ánimo de familiares y amigos a los pacientes, siempre con previo consentimiento del enfermo y confidencialidad. Su hija, lanzó un mensaje a través de la red Twitter para aquellos que tengan familiares o amigos ingresados en Salamanca, y así transmite las peticiones que gestiona su madre.

“Además del mensaje puramente médico o su comunicación con la familia, si entras a hacer una analítica y le transmites un mensaje de ánimo de algún amigo, eso acerca a los pacientes a los suyos para sentirse más vivos”, destaca la enfermera.

“Es una situación especial y un poco crítica pero vamos a ganar. Esto está claro”. Pese a la afectación emocional, el trabajo intenso, con reducciones de descansos y plantillas mermadas, los profesionales del Clínico se dejan la piel por una victoria contra la pandemia que cada día está más cerca. “Sólo nos vemos los ojos y hay muchas enfermeras que no conozco, pero somos una piña. Agradezco la ayuda que me han dado porque hay cosas que no son de tu ámbito y aprendes a marchas forzadas. Me siento muy arropada y a gusto”, agradece Cristina.

Para esta enfermera el mejor momento del día es cuando llega a casa y ve que los suyos “están bien”. “Siempre tienes el temor de traer el bicho a casa. Hacemos todo lo que podemos en las medidas de higiene y protección pero si me contagio sólo pido que sea una mala gripe y lo pille a tiempo para poder aislarme”, reconoce.

“Voy viviendo el día a día, porque si no sería una amargura. Hay momentos en los que te falta el aire para respirar, pero te recuperas y sigues. Yo creo en Dios, en que nos ayuda, porque si no sería imposible mantener el ánimo”, confiesa Cristina con la voz quebrada por la emoción y tras escuchar antes de colgar el orgullo y agradecimiento sin límites que sentimos los ciudadanos por la entrega, humanidad y profesionalidad sin límites que está demostrando todo el personal sanitario.

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