El Cabildo reconstruye el muro desplomado adosado a la Catedral
El aparatoso derrumbe de la pared del siglo XVI atrapó a dos obreros que ya están recuperados
Á. B.
Salamanca
Miércoles, 15 de octubre 2025, 06:00
El Cabildo Catedralicio ha concluido la reconstrucción del muro de la calle Tentenecio que se desplomó el pasado mes de mayo durante unos trabajos de acondicionamiento en un solar anexo a la Catedral Nueva. La intervención, que cuenta con la autorización de la Comisión Territorial de Patrimonio y el permiso municipal correspondiente, avanza ya hacia su fase final y se prevé que concluya antes de final de año. Apesar de no estar incluido dentro del Conjunto Catedralicio, declarado Bien de Interés Cultural, sí forma parte de su área de influencia, razón por la que fue necesaria la autorización del órgano autonómico encargado de velar por la conservación de los BIC.
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El accidente, que estuvo a punto de provocar una tragedia, se produjo cuando la pared —datada en el siglo XVI y de unos diez metros de largo por casi cuatro de alto— colapsó mientras se colocaba un zuncho de refuerzo. Dos operarios quedaron entonces atrapados entre los escombros y tuvieron que ser rescatados y trasladados al hospital con politraumatismos, aunque sin riesgo vital.
Ambos trabajadores se encuentran ya totalmente recuperados y han retomado su actividad en la misma obra, que se ejecuta bajo la supervisión del Cabildo, órgano responsable de la gestión y conservación del conjunto catedralicio.
El nuevo muro, de fábrica mixta de sillería y mampostería de piedra de Villamayor, mantiene las características originales del anterior y se integra en la estética del entorno. Además, se ha reforzado con una red de drenaje y medidas de seguridad adicionales para evitar futuras filtraciones o desplazamientos.
Tras la limpieza y retirada completa del terreno, ocupado hasta ahora por escombros, materiales de antiguas obras y vegetación espontánea, el solar se ha nivelado sin realizar movimientos de tierra y se ha tratado con productos antihierbas para evitar nuevas colonizaciones vegetales.
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Una de las actuaciones clave que s está ultimando es la instalación de una red de drenaje que impide que el agua de lluvia se acumule y afecte a las capillas de Anaya y Santa Catalina o a las viviendas colindantes. Este sistema, formado por tubos perforados conectados a una arqueta que desemboca en el alcantarillado de la calle Tentenecio, está cubierto por una capa de grava que facilita la evacuación del agua y previene humedades por capilaridad.
Para reforzar la protección de los muros, en los lados oeste y sur se ha ejecutado una solera fratasada —una superficie de hormigón fino— con una ligera inclinación hacia el interior del solar, lo que evita que el agua se estanque junto a las fachadas. En las zonas más próximas a las capillas, el pavimento se sustituye por un relleno de grava que permite la ventilación y drenaje natural.
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El centro del espacio se ha rellenado con una capa de macadam —una mezcla compactada de arena y gravilla— que facilita el paso y el drenaje. Sobre esta base se extenderá césped artificial drenante, un acabado que permitirá mantener el área limpia y transitable, incluso tras lluvias intensas.
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