Una artista salmantina deja su 'huella floral' en otra fachada del barrio del Oeste
La artista salmantina Mónica Muñoz aterrizó hace días en el Oeste para plasmar su estampado floral más recurrente en una fachada
La artista Mónica Muñoz lleva días soñando 'en grande' a través de su imaginación y su pincel, plasmando uno de sus diseños más recurrentes en una fachada del barrio del Oeste, situada en la calle Vitigudino. Diseñadora, madre de tres hijos y salmantina, nació en la capital y estudió Bellas Artes en la Universidad, aunque desde hace años desarrolla la mayor parte de su actividad en Madrid.
Aunque ha colaborado en proyectos textiles, de papelería creativa y decoración de grandes marcas nacionales e internacionales, esta obra es su primer gran proyecto de pintura mural individual. Además, reconoce a este medio que tiene para ella un significado muy especial e íntimo. «Me apetecía dejar una parte de mi obra aquí, en Salamanca. Dejar huella en mi ciudad natal», explica. Este trabajo se podrá disfrutar completamente terminado a partir del lunes.
Absorta entre cubos de pintura y pinceles, la salmantina comienza a pintar muy temprano lo que mejor sabe hacer: estampados florales con tonos pastel y colores vibrantes. «Todo el mundo que pasa me dice que les da alegría, y eso es justo lo que busco, que transmita», manifiesta.
La idea comenzó como una fantasía digital: «Durante el verano, hice fotos a casas abandonadas en un pueblo de Ávila e inserté sobre ellas mis estampados con Photoshop. Después lo compartí en redes sociales. Las imágenes eran tan realistas que la gente pensaba que eran verdaderas», explica. Una prima aconsejó a la artista hacer realidad este proyecto en Salamanca y Muñoz se puso en contacto con ZOES.
El barrio también se ha volcado con la creadora a través de pequeños gestos. «Varios vecinos me han traído agua fresca, otros me han dedicado palabras muy bonitas al pasar. Uno de ellos me ha prestado incluso el mando del garaje para guardar los materiales. Me han puesto las cosas muy fáciles. La gente está encantada», dice. Muñoz espera también que la pared se convierta en un nuevo 'photocall' y que se muestre a través de redes sociales. «Pienso que se parece al papel pintado de una casa. Es esa habitación que está en la calle, pero que es un poco de todos».
Llegar hasta aquí no ha sido fácil. Como artista, ha aprendido a moverse entre lo creativo y lo comercial. Como madre, ha sabido adaptarse a los tiempos de la vida. «La constancia es clave. Aunque baje el ritmo, nunca he dejado de hacer cosas. Ni siquiera durante la maternidad y he tenido tres hijos», reconoce. Su comunidad en redes sociales —en especial en Instagram— no solo le da visibilidad, sino que se convierte en su mejor escaparate para nuevas colaboraciones. Mónica no se detiene. Hoy es el mural, pero mañana estampará en cerámica, creará packaging o participará cualquier otro proyecto. «Hay infinitas posibilidades. Muchas veces son las propias marcas las que me proponen cosas que yo no he hecho nunca. Y me encanta asumir ese reto», afirma.
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.