Salamanca hace alarde de su charrería en Ciudad Rodrigo

Ciudad Rodrigo pasa el Sábado Santo en un ambiente que rompe por completo con la atmósfera sobria de la Semana Santa, invitando al jolgorio desde por la mañana. La localidad mirobrigense luce hoy llena gracias al atractivo de la XLIV Fiesta de La Charrada, que arrancó cautivando al público, que se congregó en la muralla, para divisar desde las alturas el espectáculo que se desarrollaba en el foso: una exhibición de doma vaquera comentada por José Ramón Cid, folclorista e impulsor del evento.

Carla de Elías en primer lugar y Víctor Herrero, de El Bodón, y rejoneador que participó en el Domingo del Carnaval del Toro 2025, en segundo lugar, mostraron sus habilidades y la belleza de sus compañeros equinos, que realizaron piruetas, giros sobre sí mismos, trotes y galopes a diferente velocidad y con una precisión magistral, pasos atrás, andares de lado y otros muchos pasos básicos para las labores de campo.

Durante el desarrollo de esta exhibición el público pudo apreciar detalles como la mosquera, que oscilaba en la cabeza del caballo de la amazona, así como sus crines recogidas en la cola por motivos de comodidad, además de aprender curiosidades históricas sobre la Guerra Napoleónica.

Al finalizar el pasacalles daba comienzo cruzando la Puerta del Sol y abriéndose paso entre la multitud. Aunque el tiempo acompañó, el miedo a la lluvia obligó al Ayuntamiento a mantener guardada la colosal muñeca charra que triunfó en el desfile de carrozas del Carnaval y que el Consistorio había adquirido para esta fiesta, debido a que, de llover, se habría estropeado y requería tiempo desmontarla.

Caballos, un carruaje, niños y adultos con los atuendos más exquisitos y mimados al detalle, gaitas y tamboriles, entre ellos el famoso pandero cuadrado, mostraron con donosura su orgullo charro recorriendo la calle Madrid, la Plaza del Conde y llegando hasta la Plaza Mayor atrayendo todas las miradas estupefactas.

Poco después el público ocupaba las sillas frente al escenario y llenaba la plaza en general, atraídos por el brío y la música jovial. Bailes como la danza de los palos, el cordón y el vaso fueron alguna de las muestras con las que dio comienzo el festival, que pudo celebrarse a cielo abierto, sobre el escenario.

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