Una ruta entre antiguas aceñas

La localidad de Villamayor ofrece un amplio abanico de posibilidades para todas aquellas personas que busquen un contacto directo con la naturaleza y el encuentro rural. Para ello, cuenta con un conjunto de infraestructuras y recursos diseñados para dar a conocer y divulgar la biodiversidad, los paisajes y la cultura de su entorno. Estos espacios están dirigidos a todos sus habitantes, pero también a los más curiosos que ya visitan la localidad tormesina a lo largo de todo el año.

De este modo, el municipio situado en el Occidente de la comarca salmantina de La Armuña, merece ser paseado, para disfrutar de típicas escenas de la meseta castellana, caminos agrícolas, además de disfrutar de uno de sus emblemas, el río Tormes. Un lugar perfecto para disfrutar durante estos meses donde el principal protagonista es el calor.

En este contexto, Villamayor tiene lugares con un gran encanto por los que caminar, en los que poder correr, o por los que pasear en bicicleta, tanto de carretera como de montaña. Además, la cercanía a la capital permite que el visitante, a menos de cinco minutos disfrute de un entorno natural, muy accesible y sin apenas desplazamientos. Para ello, en los últimos años, el Consistorio ha decidido apostar por impulsar sus principales vías de expansión lúdica con nuevas rutas de senderismo por la orilla del Tormes.

En este caso concreto, la propuesta de la ruta de 'Los Molinos' es un paseo, de baja dificultad, por la ribera del Tormes que enamora y se puede disfrutar a pie o en bicicleta, en función del tiempo que se disponga. Aunque en verano, hay que prestar mucha atención a las horas del mediodía. Se puede iniciar desde diferentes puntos de Villamayor, pero es recomendable comenzarla desde la zona de la parroquia para entender la historia del municipio.

La primera parada será la de la aceña del Parque Científico, que lleva al Molino de Gudino, en el que se empezó moliendo grano y con los años quedó reducido a una estación de bombeo. Si la opción es tomar el camino de la derecha, el protagonista será el Molino del Canto, que realizó la función de presa durante los meses de verano y en la actualidad es considerado como un humedal con gran riqueza de fauna y flora. En el siglo XX se trasformó en estación para el bombeo del regadío.

En cambio, si se opta por tomar la ruta hacia la izquierda, el siguiente punto de interés será el molino de la Moral, que es propiedad privada y aún conserva en su interior en buen estado la maquinaria con la que se molía el grano. Se trata de la única de las tres aceñas que ha mantenido su estructura primigenia del siglo XVIII. Está formada por tres canales con aprovechamiento hidráulico, que movían tres ruedas con ejes del mismo material.

Recorrido. Desde la iglesia de San Miguel Arcángel, en el casco urbano, más de 12 kilómetros que se pueden recorrer caminando o en bicicleta. Evitar las horas de máximo calor.

Servicios. Cuenta con gran variedad de servicios como supermercados, panadería, cajeros automáticos o bares, entre otros. Además, dispone de servicio de autobús con la capital cada treinta minutos entre semana, los sábados cada hora y los domingo cada dos horas.

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