El público responde al tirón de la Feria del Comercio de Santa Marta

La Isla del Soto en Santa Marta de Tormes acogió la segunda jornada de la IV Feria del Comercio de la localidad convirtiéndose en un punto de atracción para vecinos y visitantes durante toda la jornada.

Así, desde media mañana con la apertura de los comercios que ofrecieron a los visitantes sus productos, el pulmón verde de la localidad trastormesina se llenó de público de todas las edades para disfrutar también de las actividades de ocio paralelas que se propusieron durante toda la jornada.

Así, los primeros en hacer suyo del espacio fueron los niños, que pudieron jugar, tanto en sesiones de mañana desde las doce hasta las dos, como de tarde, desde las seis hasta las ocho, en los hinchables gratuitos que se habían instalado para la ocasión. Los que ofrecían además la posibilidad de un pequeño chapuzón de agua fueron los más exitosos entre los chavales, que aprovecharon para refrescarse y combatir el calor de la jornada dominical.

Los adultos, por su parte, se decantaron por conocer de primera mano la oferta comercial y así, por ejemplo, tuvo el interés del público el taller de alimentación saludable en verano que se desarrolló entre la una y las dos del mediodía con la elaboración de distintas recetas en directo en una de las carpas.

Los visitantes pudieron disfrutar de la iniciativa que llevan a cabo cada año el Consistorio y la asociación de Empresarios «Quédate», puesto que esta feria se enmarca en las diferentes acciones que se desarrollan de manera conjunta a lo largo del año entre el Ayuntamiento y la asociación para ayudar al tejido comercial y del municipio.

Este año la feria ofreció una veintena de puestos, entre comerciantes y hosteleros del municipio, como por ejemplo, una librería, mercería, seguros, kiosco, electrodomésticos, joyería y manualidades y también, como novedad y en consonancia con la asociación con el fin de generar un atractivo más, también participaron artesanos de la provincia con productos de la agroalimentación, pero también de la artesanía más clásica y tradicional, algo que supuso que la gran carpa instalada en la Isla del Soto acogiese, desde embutidos hasta productos de alfarería, pasado por quesos, almendras, bisutería, cuero y cosmética natural.

El programa de la cita ferial para todos los públicos incluyó también conciertos de música en directo, actividades infantiles vinculadas al comercio, talleres a cargo de los comerciantes del municipio, caricaturas gratuitas en directo, así como casetas de feria, que fueron uno de los puntos más solicitados por los visitantes para refrescarse y compartir un pincho.

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