La pasión en Ciudad Rodrigo salva el mal tiempo

Como cada Lunes Santo, la localidad de Ciudad Rodrigo vivió con intensidad, sentimiento y admiración la entrega, muerte y resurrección de Jesús gracias al buen hacer interpretativo de los más de 30 jóvenes del grupo Manantial que formaron parte del elenco de la representación de “La Pasión de las Llagas”. Una tradición que ha ido pasando de padres a hijos y que mantienen vivo el espíritu de descubrimiento y fe.

Las contrarias previsiones meteorológicas hicieron que por la mañana de ayer lunes se tomara la decisión de trasladar la representación de su lugar habitual, el Registro, a la iglesia de Cerralbo, manteniendo la misma hora y respetando la actuación de la coral Dámaso Ledesma que estaba programada para una hora antes en el mismo lugar.

La iluminación y escenografía se adaptaron al nuevo espacio, pero no por ello se perdió un ápice de espectacularidad y del mimo que los integrantes del grupo ponen en esta recreación de las últimas horas de Cristo. El dramatismo y la serenidad marcaba el paso por todas las estaciones de la Pasión danzaron desde la última cena hasta el cénit de la narración, con la crucifixión y resurrección de Jesús.

El grupo Manantial cogió las riendas de La Pasión en 1993, aunque la primera fue en 1991. Desde entonces los protagonistas han ido transmitiendo el legado para representar la liturgia, por lo que los adolescentes que cautivan al público no son sino los hijos de quienes impulsaron esta iniciativa allá por los años noventa. Desde ese momento son muchos los mirobrigesenses que se han entregado a este acto cada Lunes Santo.

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