Una oda al comercio mirobrigense antes de su fiesta grande

La fiesta grande de exaltación del comercio de Ciudad Rodrigo arrancará en este Martes Mayor que tuvo en la noche del lunes un magnífico preludio en la plaza del Buen Alcalde con el ya tradicional pregón y homenaje a una familia local vinculada con el sector del comercio. El calor estival acompañó en una agradable velada que reunión a un buen número de mirobigrenses en este lugar céntrico del municipio.

La periodista Silvia Rojo fue la encargada de tomar la palabra tras la intervención inicial de la concejala Ana Castaño, en un discurso que como ella mismo dijo “no es un pregón al uso, sino más bien un artículo que podrían leer en cualquier periódico”. A través sus palabras, Rojo hilvanó su pregón con la familia Acosta Rubio, de Textiles Acosta, protagonistas del homenaje a los comerciantes locales de este Martes Mayor.

“Con el mostrador delante, me como el mundo”. Palabras en la boca de Silvia Rojo que pertenecen a María Paz Rubio, “que a sus 82 años, sigue cada mañana, levantando la chapa de su tienda de las Cuatro Calles. Cuando revela la edad, la siguiente pregunta es obvia: ¿No piensas en jubilarte? Una cuestión que no la ofende, pero casi. «De jubilarme nada», responde, «de eso no quiero ni oír hablar, la tienda es grande y no paro, pero soy feliz. Empecé con 15 años y no lo he dejado, solo para criar a los niños».

En una conversación entre estas dos mujeres, el pregón tejió los hilos de la historia de este día tan especial de Ciudad Rodrigo. “Hace 24 años y un poco que llegué a Ciudad Rodrigo y la explicación que me dieron sobre este día, además de lo de la exaltación del comercio fue: es como un día de Carnaval, pero sin toros. Mira que me gustan los toros, pero de verdad que espero que a nadie se le ocurra”, comentaba la pregonera.

Rojo puso de manifiesto la importancia de esta fecha: “Para recordar que el servicio del comercio tradicional es distinto, se distingue por ese trato cercano, por el conocimiento personal de los gustos y aficiones de cliente, por ese «llévatelo y te lo ves en casa». Si tanto se habla de los productos de kilómetro cero, este comercio local es ese kilómetro cero, el de la cercanía”. Y dejó como avance que su hijo, de 17 años, vivirá por primera vez esta fiesta del comercio mirobrigense.

Posteriormente, la familia Acosta Rubio recibió el reconocimiento de todos los presentes y del alcalde Marcos Iglesias, como una muestra de la larga tradición comercial que arraiga en el corazón de muchas familias de Ciudad Rodrigo. La Rondalla Tres Columnas puso el broche de oro a la noche de un lunes que tocó la fibra sensible de todos.

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