El Museo de Alfarería de Alba de Tormes, más inclusivo y accesible que nunca

En el marco de la Feria del Barro celebrada el pasado fin de semana, Alba de Tormes ha vuelto a poner en valor una de sus señas de identidad más queridas: la alfarería. El Museo de Alfarería, ubicado en la Iglesia de Santiago, reabre sus puertas tras una profunda renovación que lo convierte en un espacio más inclusivo, accesible y pedagógico.

Las obras, con una inversión de 52.000 euros financiadas gracias a una subvención del Ministerio de Industria y Turismo a través del proyecto CeramiTUR de la Asociación Española de Ciudades de la Cerámica, han permitido eliminar barreras arquitectónicas, mejorar la iluminación y crear recursos que facilitan la experiencia a personas con discapacidad visual y movilidad reducida.

“Queríamos que todos pudieran disfrutar de este patrimonio que forma parte del alma de Alba”, destaca la alcaldesa Concepción Miguélez, quien subraya la importancia de “hacer el museo más inclusivo para que los invidentes puedan imaginar y tocar cómo es el proceso de elaboración de una pieza”. La regidora agradece además la implicación de los empresarios locales (carpinteros, electricistas y artesanos) en un proyecto que, dice, “sensibiliza a la población sobre el valor cultural y emocional de la alfarería, un oficio que ha moldeado nuestra historia y nuestra identidad colectiva”.

La técnico de Cultura y Turismo, Ana Écija, señala que esta reapertura “marca un día bonito para el museo” y que el objetivo ha sido “acercar la alfarería a todos, sin excepción”. Entre las principales mejoras, destacan la instalación de rampas, una nueva cancela de cristal que moderniza la entrada, y la incorporación de paneles con texto en braille junto a piezas que los visitantes invidentes pueden palpar, viviendo así la experiencia desde el tacto y el sentimiento.

Además, el museo cuenta con un vídeo pedagógico protagonizado por el alfarero albense Óscar Dueñas, en el que se muestra el proceso de elaboración de piezas tradicionales como el puchero de leche. “Es importante que exista este espacio para que se valore la alfarería”, afirma Dueñas. “Antes el barro formaba parte de la vida cotidiana y hoy debemos reinventarnos para mantenerla viva, acercándola a la decoración o al arte contemporáneo”.

La reapertura del museo no solo mejora la experiencia de sus visitantes, sino que también consolida la colaboración entre los municipios que integran la red ARTERRA, comprometidos con preservar y difundir el arte del barro. Con más luz, más accesibilidad y más alma, el Museo de Alfarería de Alba de Tormes abre una nueva etapa donde tradición e inclusión caminan de la mano.

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