La patata salmantina que apuesta por la calidad y la ecología

De hecho, Aranpino solo comercializa lo que producen sus socios y además certifica el 100% de su producción. La entidad controla todo el proceso productivo y de envasado del producto, lo que les permite tener un control de calidad en todo el proceso, desde que comienza la siembra hasta su puesta en venta.

Un proceso que comienza con la elección de una buena semilla certificada, fertilizantes de calidad, materias orgánicas certificadas para agricultura ecológica, y fitosanitarios autorizados para el cultivo de la patata. Aranpino es además especialmente escrupulosa con los L.M.R. (límite máximo de residuos permitidos).

El proceso continúa con un minucioso seguimiento del cultivo desde la plantación y siembra hasta la recolección y finaliza con el manipulado y envasado, en las mejores condiciones higiénico sanitarias.

Todo ello con un único objetivo, ser respetuosos con el medio ambiente, la salud del consumidor y ofrecer lo mejor al cliente.

Esto proporciona a sus productos un valor añadido de calidad y seguridad que ofrecen a todos sus clientes y consumidores y que está acreditado por la certificación GlobalGAP + G.R.A.S.P del 100% de la producción de patatas de consumo de la agrupación de productores.

Arapino certifica todo el proceso productivo, tanto en campo como en el almacén.

Además la cooperativa presta servicios de asesoramiento a todos los socios y agricultores de la zona y les provee de todos los insumos para sus explotaciones (gasóleo, semillas, abonos, fitosanitarios, repuestos...).

Contenido patrocinado por Aranpino