La capa española, ‘made in’ Peñaranda
Los hermanos García confeccionaron durante décadas la elegante capa española que les dio fama y compartieron, también, su pasión por el ajedrez creando escuela en Peñaranda
Domingo, 28 de febrero 2021, 18:09
Antolín García nació en Peñaranda en 1942, el menor de una familia de cinco hermanos y aprendió sus primeras letras en el colegio Miguel de Unamuno. Los juegos en la calle y la nostalgia del antiguo templete que fue testigo de ello marcan sus recuerdos infantiles.
–¿Cómo fueron sus inicios en la sastrería?
–A los 11 años comencé el oficio de sastre con el mejor maestro que podía tener, mi hermano Mundy y me jubilé con 54 años intensos de trabajo. Estuvimos en varias ubicaciones antes de la tienda que tuvimos en la calle del Carmen donde me jubilé y parece que fue ayer.
–La confección de la capa española fue uno de los distintivos de los hermanos García.
–No quiero dejar de agradecer la fidelidad de nuestros clientes que durante tantos años han sido fieles con nosotros. Efectivamente una de las prendas con la que más éxito tuvimos fue la capa española e hicimos capas para casi todas las comunidades. Modestia aparte, cuando asistíamos a las fiestas de la capa eran las que más llamaban la atención porque casi todas estaban bordadas a mano y muy bien confeccionadas.
–Todo ello dio origen también a la asociación que hubo muchos años en Peñaranda, ¿cómo surgió todo?
–La asociación de Amigos de la Capa en Peñaranda se fundó el año 1996, y la Federación de Amigos de la Capa Española en Castilla y León se fundó en 1997. Me gustaría puntualizar que la idea de hacer la federación surgió de mí. Asistíamos a la fiesta de algunos sitios pero el número de participantes era pequeño en relación al número que yo suponía que tenía que haber en Castilla y León. Por casualidad contacté con un buen simpatizante de la capa en Valladolid, Alfredo Silva, y le informé sobre mi idea de crear la federación regional para reunirnos por lo menos una vez al año en distintos sitios, que todas las asociaciones estuviéramos en contacto, y nos mantuviéramos informados unos a otros de cuando íbamos a celebrar cada uno nuestra fiesta. En la siguiente fiesta de la capa en Peñaranda hablamos con todos los presidentes de las asociaciones que asistieron, les expusimos nuestra idea y nació la federación, manteniendo las reuniones en Medina del Campo, donde se fundó la directiva.
–El ajedrez es otra de sus pasiones y muchos peñarandinos han aprendido con usted.
–Mi afición por el ajedrez empezó cuando tenía unos 14 años y mis hermanos empezaron antes que yo. Ha sido una afición que no la hemos dejado de practicar nunca, de hecho yo sigo jugando en diversas plataformas en internet, que me permite jugar con personas de muchas nacionalidades. Mi hermano Mundy y yo nos sacamos el carnet de monitores y él enseñó a jugar al 80 por ciento de los peñarandinos en la antigua Acción Católica y en las escuelas. Cuando había muchos niños le ayudaba y les enseñábamos los dos. Yo continuo aún enseñando el juego más interesante y bonito que hay en algunos colegios de Peñaranda. La asociación de ajedrez Mundy se fundó en el año 2014, por iniciativa de mi sobrina Mari Carmen y Fidel Gil, como homenaje a mi hermano que tantos años dedicó a la enseñanza del ajedrez en Peñaranda. Normalmente se hacen dos campeonatos, uno en las ferias de agosto y otro en San Miguel que incluyen simultáneas y torneo, aunque el año pasado las simultáneas no se pudieron hacer por el COVID.
–¿Cómo ve la Peñaranda de hoy en día?
–En estos momentos que estamos viviendo la situación es mala para Peñaranda y para el mundo entero, aunque tengo que decir que Peñaranda no necesitaba el COVID-19 para vivir una de las crisis más grandes que hemos tenido. Como sabes, en Peñaranda gran parte de la economía se movía a través de la industria del calzado, y ya hace unos cuantos años que desaparecieron las dos empresas más fuertes, Ruipérez y Cándido Hernández, y más tarde varias cooperativas. Estas empresas se vieron obligadas a cerrar porque los tiempos cambian, nos empezaron a visitar empresa de fuera de España y el mercado fue saturado de todo tipo de artículos con precios difíciles de competir. Ahora tenemos una industria en Peñaranda, que es la del dulce, también con varias empresas que elaboran productos de gran calidad.